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La petición de los hosteleros al Concello: terrazas hasta las 2.00

Clientes toman algo en una terraza de Rosalía de Castro Pablo Hernández

Que el Concello les permita mantener las terrazas en la vía pública los viernes y sábados hasta las 2 de la mañana, dos horas más –hoy, al igual que ayer y el martes, están hasta la 1.00 por Conxemar, la hora máxima fijada por la Xunta, restricción que se espera eliminar en las próximas semanas–. Es la petición que lanzan los hosteleros de Vigo, que deben cumplir esta norma desde el pasado 1 de octubre. Su voluntad es que los horarios de invierno se equiparen a los de verano.

Defienden que la urbe olívica disfruta de un músculo turístico importante a lo largo de todo el año, no solo en la época estival, y ponen sobre la mesa la necesidad de dar respuesta a la demanda de los clientes, que, todavía con el COVID-19 dando coletazos, prefieren consumir en el exterior, donde la propagación del virus es menor. Otra razón que exponen: necesitan trabajar a más ritmo después de más de año y medio de heridas por la pandemia.

“La terraza supone entre el 85% y el 90% de nuestra facturación. Todo Vigo cree que lo ideal es que nos dejen trabajar en el exterior hasta más allá de las 12 de la noche después de todo lo que hemos pasado, ahogados por las restricciones y acatando de forma estoica las normas de las instituciones”, opina Alba Fernández, propietaria de la coctelería DVicio. Cree que, con la pandemia remitiendo, el Concello debe “devolver el guiño” que realizó el sector para contribuir a cortar las alas al coronavirus. “No pueden castigarnos de este modo. Los clientes se sienten molestos cuando les comunicamos que se tienen que levantar tan pronto”, sentencia.

Para Daniel Arias, del pub Point, la ampliación del horario cambiaría de forma radical su situación. Y es que, debido a la norma actual, no monta la terraza. “Los clientes llegan después de cenar. No les compensa sentarse para estar media hora o 15 minutos. Si pudiera mantener las mesas hasta las 2 de la mañana, las sacaría a las 11 de la noche. La facturación sería muy diferente: son casi 40 mesas. Estoy perdiendo dinero”, apunta antes de anotar que, de hacerse realidad la petición del sector, se fomentaría el ocio seguro.

Opinión similar muestra Eduardo Cabaleiro, propietario de la discoteca La Posada. La terraza significa el 25% de su negocio. “Estamos en plena Alameda. A la gente le gusta tomar algo fuera todo el año. En Galicia, llueve, sí, pero también se quedan buenas noches más allá del verano. Es una situación complicada porque la gente empieza a llegar a las 11 de la noche. No tiene sentido que, en pandemia, con lo que nos ha enseñado y la recomendación de apostar por los espacios exteriores, no nos dejen más tiempo”, indica.

Mónica Rodríguez, del restaurante Garden, destaca que la forma de “sobrevivir” tras más de año y medio de pandemia es alargar el horario de las terrazas. “En el Casco Vello y Bouzas, los locales son muy pequeños, necesitan la zona exterior”, apunta. José Luis Asenjo, de La Porchaba, deja claro que la demanda es la principal motivación para permitir las mesas en el exterior hasta las 2.

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