A Peinador le costará sacudirse la herencia envenenada del COVID-19. Pasará la pandemia, reflotará la economía y se descongelará el flujo de turistas que hace un año y medio largo enfrió la pandemia, pero el lastre del coronavirus seguirá notándose en las pistas de Vigo. Así lo prevé al menos el Ministerio de Transportes, que en el Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA) que acaba de presentar con sus previsiones de actividad para el período 2022 y 2026 pinta en Vigo un escenario de recuperación particularmente lenta.
De cumplirse los cálculos del DORA, el año que viene el aeródromo cerrará con 631.715 pasajeros. El dato marcará probablemente una curva ascendente con respecto al de 2021, que al cierre de agosto acumulaba alrededor de 302.700 viajeros y un crecimiento interanual del 39%. Cuando la comparativa se lleva más allá, sin embargo, la lectura de la tendencia deja de ser tan optimista. Los técnicos de Transportes calculan que en 2026 Peinador seguirá aún con 641.615 viajeros, muy lejos de los que movía antes de la pandemia. En 2019 –último ejercicio libre del coronavirus– Peinador superó de hecho el millón de usuarios anuales.
En un lustro el aeropuerto seguiría así con aproximadamente el 60% del tráfico que desplazaba antes de que el COVID-19 obligase a restringir la movilidad, anulase rutas, cortase el flujo del turismo y limitase también los viajes por negocios. No es la pandemia sin embargo el único factor que tira como un peso en la recuperación de Peinador. A lo largo de los próximos años el aeropuerto tendrá que lidiar con dos competidores de calado, uno conocido y otro por conocer.
El primero es la feroz competencia del aeródromo de Oporto, situado a hora y media escasa de Vigo y que ofrece una amplia oferta de vuelos nacionales e internacionales. La capacidad de Sá Carneiro para restar viajeros a Peinador se verá reforzada además con la activación del moderno eje ferroviario que el Gobierno de Portugal proyecta trazar entre Lisboa y la Raia y que se extenderá más allá, hasta Vigo, a través de la Salida Sur.
El segundo factor con el que deberá lidiar el aeródromo es la competencia del AVE entre Galicia y Madrid, que Transportes espera activar antes de que acabe el año. Esta misma semana Adif ultimaba pruebas en el tramo de 120 kilómetros que dista entre Ourense y Pedralba, en Zamora. La previsión de Renfe y Adif pasa por que los vigueses puedan situarse en Madrid en cuatro horas –marca que se rebajará cuando se modernice la maquinaria–, un tiempo que se vuelve ya peligrosamente competitivo para el aeropuerto. Que el tren de alta velocidad enlace con Madrid afecta además de forma especial a Peinador, que se nutre sobre todo –en casi un 50%– de viajeros que vuelan con origen o destino Barajas.
Quizás por esa concatenación de factores la previsión a medio plazo de Peinador es más conservadora que la que DORA traza para el resto de aeródromos gallegos. En 2026 A Coruña tendrá 910.900 viajeros y Santiago 2,6 millones. En 2019 manejaban, respectivamente, 1,3 y 2,9 millones de usuarios. A pesar de que sus datos serían mejores que los de Peinador, tampoco destacan en el balance global de Aena. Los incrementos previstos entre 2022 y 2026 serán bastante mayores en Madrid, Barcelona, los archipiélagos o Málaga, donde las alzas a lo largo de esos cuatro años se moverán entre el 30 y más del 60%.
La tasa de crecimiento anual completo (CAGR) que Transportes asigna a Peinador, del 0,39%, es de hecho la más baja de la red de Aena. Con ese telón de fondo, DORA contempla una inversión de 13,6 millones entre 2022 y 2026, la mayor parte para seguridad. El cálculo para Alvedro es de 16,7 millones y el de Lavacolla 22,6. En cuanto a mercancías, el informe estima que en 2026 se alcanzarán los 511.000 kilos, con un CAGR de -0,15%.
