El crucero británico Marella Explorer repitió escala ayer en Vigo tan solo 12 días después de que reiniciara el tráfico de cruceros en la ciudad tras el obligado parón impuesto por la pandemia. En esta ocasión traía a tan solo 254 pasajeros según datos de la consignataria Incargo Galicia, que disfrutan de un recorrido de 12 noches entre Southampton y Palma de Mallorca, con escalas intermedias en Vigo, Cádiz, Málaga, Cartagena, Valencia y Barcelona y en el que viajan bajo el cuidado de 371 tripulantes.

El hecho de que el Marella Explorer opere en esta ocasión a tan solo el 13% de su capacidad se explica básicamente por dos motivos: que el pasaje tenga regresar a su país desde Palma en avión (se trata de un viaje posicional), y que todavía existan serias reticencias a viajar en cruceros motivadas por el miedo a nuevas infecciones a pesar de las exigentes medidas sanitarias de prevención, antes y durante el crucero, y todo ello a pesar de los precios rompedores que las navieras se ven obligadas a ofertar para animar a su potencial clientela.

Nuevas escalas

Por otro lado, y a partir de ahora, este tráfico recupera el pulso pre-pandemia en el puerto vigués, con cuatro nuevas escalas previstas para la próxima semana a cargo de Marella Explorer 2, buque gemelo del que nos visitó ayer, y el gigantesco Iona, que coincidirán el martes, ambos por primera vez en Vigo. Al día siguiente se aguarda otro megacrucero, el Celebrity Silhouette, y el viernes, el Borealis, nuevo buque de Fred Olsen que sustituye al veterano Black Watch, una de las numerosas víctimas derivadas por la crisis del sector en el último año, que como tantas otras se vio abocada al desguace.