El modelo Rodman 33 es una embarcación de 10,7 metros de eslora y 3 metros de manga. Con capacidad para navegar a 45 nudos, es uno de los productos más versátiles y conocidos del portfolio de Rodman Polyships, factoría especializada en la construcción de embarcaciones de recreo y profesionales en poliéster reforzado con fibra de vidrio.
Este martes, catorce unidades de esta lancha de alta velocidad partieron del puerto de Vigo rumbo a Angola. El pedido incluía además tres catamaranes de 25,5 metros de eslora, encargados por el Gobierno del país. Consignado por Kaleido, el operativo se prolongó durante toda la jornada en el muelle comercial. Los buques fueron embarcados en el mercante ESL Australia, de 143 metros.
La compañía de Grupo Rodman completará en apenas un mes el envío de otra remesa de barcos con idéntico destino; esta vez el pedido consta de otras 19 lanchas Rodman 33 y tres catamaranes más modelo Rodman 84, como apuntaron fuentes de la empresa a FARO. Los catamaranes han sido adaptados a las necesidades del país de destino. Son barcos con capacidad para 350 pasajeros y con una propulsión capaz de alcanzar los 27 nudos de velocidad.
El mercado de la empresa que comanda Manuel Rodríguez continúa al alza, después de haber rubricado un 2020 con un volumen de ventas superior a los 19 millones de euros, el doble que el ejercicio anterior, con resultado neto positivo (frente a un resultado de explotación negativo de 3,4 millones de 2019). Fue el segmento de embarcaciones profesionales el que aportó más músculo a la compañía, muy por encima de una náutica de recreo que se vio muy afectada por el impacto del COVID. El objetivo de su plan estratégico pasa por alcanzar unas ventas de 5 millones anuales de buques de recreo. En todo caso, el año pasado Rodman Polyships marcó un hito con la entrega de la patrullera Cóndor a Aduanas, la de mayor envergadura en poliéster con fibra de vidrio fabricada hasta ahora en toda Europa.
“Se trata de un acontecimiento del que nos sentimos especialmente orgullosos –refiere la memoria anual de la sociedad–, y que nos ha posicionado estratégicamente para la consecución de futuras adjudicaciones y contratos en las esloras de mayor tamaño”.
El astillero de Moaña se hizo con el pedido de esta patrullera de altura en mayo de 2019. La licitación, a la que Rodman se presentó en solitario, contaba con un presupuesto es 8,2 millones de euros (impuestos incluidos). Con el doble de autonomía que una patrullera tradicional, la actividad de esta nueva embarcación se centrará en la lucha contra el contrabando y, en concreto, el de la cocaína, que entra en España por vía marítima desde el Caribe y Sudamérica.
“A lo largo de nuestros 46 años de historia, hemos demostrado nuestra capacidad de adaptación a los distintos cambios y contextos económicos, por lo que afrontamos el futuro cercano con optimismo”, zanja la memoria anual de la sociedad, que integra Grupo Rodman junto a Metalships & Docks o Rodman Lusitania.
