La tendencia al alza de los procedimientos monitorios –litigios instados preferentemente por fondos buitre o sociedades extranjeras para el cobro de pequeñas deudas– o las demandas contra las tarjetas revolving –conceden dinero rápido con uno intereses muy elevados que llegan a la usura– motivó un sobrecarga casi sin precedentes en los Juzgados de Primera Instancia de la ciudad. Para mitigar y dar salida a este aluvión de casos, desde este pasado 1 de septiembre se ha puesto en marcha una nueva sala de refuerzo en civil formado por una magistrada de adscripción territorial (JAT), un letrado de la Administración de Justicia y ocho funcionarios, tras dar por concluido su apoyo en la jurisdicción Social.
Antecedentes
Los saturados juzgados civiles –a día de hoy son 11 los tribunales que llevan asuntos ordinarios ya que otros tres están especializados en materias de Familia y uno más está destinado en exclusiva a cláusulas suelo– cuentan a mayores desde marzo con el apoyo de dos juezas en prácticas procedentes de la 70 promoción de la Escuela Judicial, que prorrogaron su estancia.
Pero tanto los magistrados como los letrados de la Administración de Justicia advirtieron, en junta sectorial el pasado mes de mayo, que esta ayuda no resultaba suficiente dada la enorme carga de trabajo y que lo que se necesitaba a mayores era una sala de refuerzo completa. Los sindicatos también plantearon esta demanda en varias ocasiones. La solución propuesta y que acaba de llevarse a cabo es la de transformar el juzgado de apoyo laboral –que concluyó su labor en julio– en uno dedicado a civil.
110 casos al mes
Esta sala de refuerzo pasará a asumir un porcentaje mensual de los asuntos con los que cuenta cada órgano, por lo que no incoarán procedimientos nuevos. Concretamente serán 110 asuntos mensuales entre monitorios, verbales y ordinarios –cada uno de los juzgados le repartiría 10– así como su fase de ejecución y posteriores recursos que se planteen.