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El “Azzam” culmina su “lifting” millonario en Vigo

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El megayate de lujo “Azzam” deja Vigo tras cinco meses de puesta a punto. PABLO HERNÁNDEZ

Tras algo más de cinco meses atracado en el muelle de Trasatlánticos, el puerto de Vigo dijo adiós en la mañana de ayer a uno de los huéspedes más ilustres de su historia reciente, el megayate Azzam, el mayor del mundo se mire por donde se mire (dimensiones, tonelaje, medidas de seguridad y algo incuantificable como el lujo extremo de sus interiores), propiedad del presidente de los Emiratos Árabes Unidos, el jeque Jalifa Bin Zayed Al Nahayan.

Antes de poner rumbo a su puerto base, el Azzam puso a prueba todos los retoques a los que había sido sometido durante los pasados meses, poniendo proa hacia la boca sur de la ría y virar seguidamente con rumbo norte para sacar la máxima potencia de sus motores de 94.000 caballos, alcanzando unos nada despreciables 30,4 nudos, muy cerca de los 32 que tiene homologados, impulsado por sus dos turbinas de gas y sus dos motores diésel.

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El coloso de lujo se despide de Vigo Pablo Hernández

Según se desprende de la información aparecida en la página web marinetraffic.com, el exclusivo yate viraría en redondo a la altura de la isla de Ons para entrar de nuevo en la ría de Vigo y fondear durante algo más de una hora frente a la playa de Rodas, en la isla norte de Cíes. De acuerdo con fuentes de la consignataria Joaquín Davila, el gigantesco yate tenía previsto regresar a Vigo siempre y cuando fuera preciso realizar algún retoque, aunque tras su fondeo en Cíes, zarpó con rumbo norte.

Mutismo sobre la tripulación

Mutismo total en las diversas fuentes consultadas sobre el número de tripulantes que lleva a bordo, así como su destino y sobre la visita que recibió la embarcación durante su fondeo en Cíes de los remolcadores Rada y Rada Primero, aunque no es descartable que la hicieran para desembarcar a trabajadores que habían participado en las reparaciones. Lo que sí es público es que la fastuosa embarcación puede acomodar un máximo de 34 huéspedes y 60 tripulantes.

Durante su estancia en Vigo, el Azzam además de ser el blanco de las miradas de miles de personas, especialmente de las que viajaron en los barcos del transporte de ría, fue sometido a trabajos de mantenimiento por Astilleros Freire y varias empresas del naval vigués y sustituir su antiguo mástil por otro abatible donde se ubican sofisticados equipos de telecomunicaciones, que le permita navegar bajo puentes y pasos elevados de menor altura en canales y ríos, mástil que algunas fuentes cifran en 6 millones de euros.

El diseño del Azzam, que cuenta con seis cubiertas, cine y discoteca, fue obra del ingeniero Mubarak Saad al Ahbabi, que dirigió la construcción, mientras que el astillero Lürssen se ocupó de la ingeniería técnica, Nauta Yachts del diseño y Christophe Leoni de los interiores. Tras un año de planificación, la construcción del yate duró tres años. El barco “puede navegar en aguas cálidas y poco profundas, al tiempo que proporciona a sus ocupantes un alojamiento de lujo y una habitabilidad sofisticada”, según dicen las publicaciones especializadas, que añaden que este “palacio flotante” tiene un salón principal “de 500 metros cuadrados totalmente diáfano y sin pilares. Alcanza una velocidad máxima de 32 nudos gracias al impulso de dos turbinas de gas y dos motores diesel que ofrecen una potencia total de 94 000 CV”. Se estima su coste en 605 millones de dólares y fue más caro que el anterior más grande del mundo, el Eclipse del millonario ruso Roman Abramovich.

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