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La Universidad de Vigo cubre el 94% de las 3.707 plazas ofertadas para el próximo curso en 62 grados

Exámenes de selectividad el pasado junio en la sede de Industriales en Torrecedeira. PABLO H. GAMARRA

La UVigo roza las cifras de récord del año pasado y ha cubierto el 94% de las 3.707 plazas ofertadas para el próximo curso en un total de 62 grados (sin incluir el CUD de Marín). A falta del octavo y último plazo de matrícula, que finaliza mañana y que apenas modificará las cifras globales, solo 17 carreras tienen todavía vacantes y la mayoría de ellas están “a uno o dos alumnos” de cerrar el cupo.

El número de estudiantes de nuevo ingreso que iniciarán sus estudios en septiembre asciende a 3.731 y la tasa de ocupación es del 100,65%, puesto que algunos títulos, como es habitual todos los años, han inscrito a más solicitantes que pupitres disponibles.

Las cifras son similares a las del curso pasado cuando, en contra de los peores augurios, se registró la matrícula más elevada en 15 años y una ocupación del 103,8%. Un hito que la institución atribuyó a una menor predisposición a la movilidad ante la incertidumbre generada por la pandemia, un acreditado sistema de teledocencia y el atractivo de la oferta de la UVigo.

“Estamos relativamente satisfechos porque siempre hay alguna titulación que no se cubre. Pero la matrícula en general ha ido bien. Estamos contentos porque la diferencia con el año pasado es de 60 alumnos menos y estamos por encima del 100% en ocupación. En 2020 hubo más matriculados en la ABAU de junio, pero también más suspensos. Por eso el porcentaje de aprobados de este año fue similar, solo un 4-5% menos”, explica Manuel Ramos, vicerrector de Organización Académica y Profesorado.

El responsable universitario descarta que el COVID siga influyendo a los alumnos a la hora de elegir destino: “Los estudiantes ya se moverán este año como en los anteriores. Tenemos una oferta bastante estable, aunque siempre hay pequeños cambios y grados que unos años tienen más éxito que otros”.

La matrícula es similar en las tres universidades gallegas, “en torno al 94-95% de plazas cubiertas”, según avanza Ramos, aunque Vigo puede presumir de “cifras homogéneas en los tres campus” frente a la “asimetría” entre los de A Coruña y Ferrol o Santiago y Lugo.

En cualquier caso, Ramos defiende la “robustez” del sistema universitario gallego, cuya actual oferta es “atractiva y ajustada a la demanda”.

Además de un aumento de plazas en Ingeniería Informática y en todos los grados de Enfermería, que se cubrieron sin mayor problema, la principal novedad del curso 2021/22 es el estreno de Filología Aplicada en Gallego y Español. Ofertaba 50 plazas y cuenta en estos momentos con 24 matriculados.

“No fue mal teniendo en cuenta que la publicidad oficial, que no puede empezar hasta la autorización del título, empezó en mayo. Tenemos esperanzas de que vaya mejorando a medida que se conozca más. Entre los jóvenes funciona mucho el boca a boca y cuando vayan viendo que es una titulación atractiva la irán promocionando”, sostiene Ramos.

Filología Aplicada, que intentará remontar el escaso atractivo de la carrera de Ciencias del Lenguaje a la sustituye, es uno de los cinco títulos que arrancará el curso con más de 20 plazas sin ocupar. A las ingenierías Agraria, Forestal y Recursos Mineros y Energéticos, habitualmente con bajas cifras de matrícula, se une este curso Turismo.

Las plazas libres se concentran en unas pocas titulaciones que se repiten. Lo de Turismo puede ser circunstancial porque era una carrera que iba bien, y estamos contentos porque Recursos Mineros ha pasado de 5 a 13 matriculados este año. En todo caso, las tres ingenierías están garantizadas porque conceden atribuciones profesionales y son singulares. Y Filología Aplicada también lo es por la enseñanza del gallego. Es obvio que en el sur de Galicia debe haber una titulación sí o sí”, defiende el vicerrector.

Y entre los grados con menos demanda se encuentra este año también ADE del centro Ieside de Abanca: “No es una preocupación para nosotros. Imagino que se debe al proceso de creación de una nueva universidad y la incertidumbre por la desascripción”.

Manuel Ramos, vicerrector de Organización Académica y Profesorado: “Creemos que bajar títulos al centro subiría la demanda”

–Una de las razones del equipo de gobierno para defender el traslado de títulos a la ciudad era incrementar la matrícula. El proceso se ha paralizado pero la ocupación sigue siendo alta.

–Hay que analizarlo con la perspectiva de que la oferta se ha ido ajustando a la demanda. El número de alumnos en edad universitaria fue bajando y tenemos titulaciones que ofertaban 300 plazas y ahora 60. Si te adaptas siempre vas a estar en números altos de cobertura, pero el número total de alumnos va bajando. Es un análisis complejo, pero nosotro screemos que bajar títulos al centro sí podría tener un efecto de este tipo y subiría la demanda.

–La matrícula en los másteres en 2020 también fue de récord,¿se acercarán este año?

–Hasta el segundo plazo de septiembre poco análisis podemos hacer porque muchos alumnos leen su TFG en julio y no entran en el primero. La presinscrición estaba al nivel del año pasado, pero los alumnos pueden solicitar varios. Habrá que esperar.

–¿La apertura del mapa de titulaciones puede ser una oportunidad para ese puñado de carreras con poca demanda?

–El nuevo mapa también permite reconfigurar si es necesario la oferta actual y no sería malo darles una vuelta para ver si se pueden hacer más atractivas. A lo mejor hay límites que deben cambiar. Las escuelas forestales de Finlandia, por ejemplo, son de 25 alumnos [el grado de Pontevedra tiene 50 plazas].

–La satisfacción de los egresados ha bajado en la última encuesta, ¿es puntual?

–Sí, son variaciones pequeñas y podría haber influido toda la circunstancia COVID. Habrá que volver a verla en situación de normalidad y comparar.

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