El exdecano del Colegio de Abogados Alfonso Álvarez Gándara falleció ayer a los 82 años tras una intensa y reconocida trayectoria profesional que arrancó en 1970 como abogado laboralista y recibió, entre otros reconocimientos, la Cruz Distinguida de Primera Clase de San Raimundo de Peñafort, que otorga el Ministerio de Justicia, y la Gran Cruz al Mérito que le concedió el mismo año el Consejo General de la Abogacía Española. Fue también el decano más longevo del Colegio vigués, desde 1989 hasta 2015, cuando dio el relevo a Lourdes Carballo. “Es una enorme pérdida. Su huella no se va a borrar. Es una persona imposible de olvidar. Los que lo conocieron sabían de su valía y de su grandeza. Se va mi mentor y, sobre todo, un gran amigo”, destacaba ayer su sucesora.

Nacido en Tui en 1939 en el seno de una familia clave para la cultura gallega, Álvarez Gándara estudió Derecho en Santiago y fue un comprometido activista político. En los años sesenta se unió al Consello da Mocedade, participó en la creación de la Liga Democrática de Vigo y presidió la Asociación Cultural de Vigo, y en 1974 representó a la Xunta Democrática Galega en las reuniones de París.

Promotor del Movemento Socialista de Galicia, que acabó integrándose en el PSOE, fue elegido diputado en las elecciones generales del 77 y concejal de la corporación viguesa por Unidade Galega dos años después. En 1984 dio por terminada su etapa en política para centrarse en su trayectoria profesional, en la que se inició como abogado laborista ante el Tribunal de Orden Público durante los últimos años del franquismo.

En una entrevista a FARO con motivo de la concesión de la Cruz de San Raimundo de Peñafort y la Gran Cruz al Mérito en mayo de 2011 reconocía precisamente que esa época fue la que más le marcó en todos sus años como letrado. Ejercitó 23 defensas de acusados por propaganda ilegal, manifestación no autorizada, asociación ilícita o desórdenes públicos. “Es una experiencia impagable para un abogado defender a quien está acusado por unas conductas que uno, en lugar de censurar en su corazón, resulta que las apoya”, destacaba.

Al frente del Colegio de Abogados logró “demandas históricas” para la ciudad como la sección de la Audiencia, el juzgado de lo Mercantil o la ampliación de unidades y órganos judiciales. “Durante sus años en el decanato no dejó en ningún momento de reivindicar todas las cosas en las que él creía. Deja tanto hecho que su impronta permanecerá”, aplaudía ayer una afectada Lourdes Carballo.

La decana de los abogados vigueses recordaba también cómo Álvarez Gándara celebró su reciente nombramiento como vicepresidenta tercera del Consejo General de la Abogacía Española: “Se alegró por Vigo, fue un triunfo para la ciudad tener esa presencia relevante”.

“Además de una bellísima persona, tenía una de las mentes más brillantes que se pueden conocer. Conversar con él era una de las cosas más placenteras, por todo lo que tenía siempre que contar y por cómo lo contaba. Con un sentido del humor propio de las personas con una inteligencia superior. Es una pérdida irrecuperable. El pensamiento de tristeza me acompañará toda la vida. Pero también me queda la alegría y la satisfacción de haberlo conocido. Mi padre me enseñó el ejercicio profesional y él, la defensa de la abogacía institucional. Mi existencia como abogada se la debo a los dos”, reconocía.

Alfonso Álvarez Gándara estaba casado con Toya Canella y tenía tres hijos – Patricia, Iria y Alfonso–. Su familia y amigos lo despedirán esta tarde, a las 18 horas, en una ceremonia que se celebrará en el Tanatorio Emorvisa antes de su incineración.