Nueva diligencia clave para la investigación del crimen de la viguesa Déborah Fernández-Cervera. Tras rechazarlo el juzgado de Tui que instruye la causa, la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra acaba de estimar el recurso de la familia de la joven y ordena buscar posibles restos de ADN en varios objetos que fueron hallados junto al cadáver de la joven en 2002, diez días después de su desaparición.

Los análisis se centrarán en la cuerda encontrada bajo el cuerpo, flores que la cubrían, pelos o incluso saliva del considerado por la Policía como principal sospechoso: su exnovio. El cuerpo desnudo de Déborah fue localizado en una cuneta de O Rosal cubierto de helechos y a más de 40 kilómetros de su casa de Alcabre.

Según señala el tribunal provincial, que vuelve a estimar una prueba tras el rechazo del juzgado instructor, que “existiendo nuevas tecnologías en la actualidad, el análisis de estas muestras podría arrojar nuevos resultados, por lo que procede acordar la práctica de estos análisis, si no se hubiera acordado su práctica por el juez de instrucción”. A la espera de los resultados del Instituto Toxicólogo de Madrid obtenidos del análisis de las uñas tras la exhumación del cadáver, el caso podría enfilar un momento vital para su resolución.

Asimismo, los abogados de la familia presentaron el pasado martes un escrito pidiendo nuevas pruebas a practicar. La instructora rechazó tomar declaración al forense Aitor Curiel, autor del informe médico presentado en el que se descarta la muerte súbita y confirma la muerte violenta. La jueza basa su negativa en que “no se considera necesario en este momento tomar declaración a su autor, habida cuenta de que no se ha dirigido el procedimiento contra ninguna persona”.