Durante el verano, factores como el calor y los baños en piscinas aumentan el riesgo de infección urinaria debido a que el agua puede alterar la flora defensiva y facilitar, así, la aparición de las cistitis. “Las condiciones de las épocas de calor, como la disminución del volumen orinado por el aumento de la sudoración o los cambios en la piel de los genitales por el aumento del sudor o la humedad, contribuyen a aumentar el número de infecciones de este tipo”, anota el jefe de servicio de Urología de Povisa, Luis Fariña.