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¡Qué torre, la de la iglesia de Sabarís!

Fernando Franco

¡Qué torre, la de la iglesia de Sabarís! Fernando Franco

No es que quiera imitar al “Mariquelo”, que escala cada año la catedral de Salamanca aunque ahora solo hasta el cupulín y ya no la veleta. Tampoco es un Batman de la vida sino uno de los trabajadores que tratan de devolver su esplendor a la iglesia de Santa Cristina de la Ramallosa y a su torre apuntada con reloj, construida en 1915 según planos del arquitecto vigués José Franco Torres, aunque se supone que hubo ya otra ahí en el siglo XIII. Un broche de oro para el hermoso paseo que lleva a ella y une la Ramallosa con Baiona, pasando por el puente y la ermita de Santa Marta.

La Colegiata del clan Torres

¡Pardiez, cómo se mueve este argentino marplatense que llegó a Vigo hace 14 años! Hablo de Néstor Torres, un tipo tan cordial como currante, que se ganó a todo el mundo de su entorno y es uno más en el barrio viejo, en cuyo corazón habita. Néstor, que ayer reinauguró La Colegiata, ese local que con éxito gestionó César Fernández, que ahora lleva El Sopapo, llegó a la ciudad sin conocer a nadie y, mira por donde, ya tiene aquí una nieta. Yo le conocí cuando llevaba el hotel Princesa en Fermín Penzol, luego cogió el Fai Bistés en la calle Real y poco a poco con su mujer Verónica y familia fue formando lo que yo llamaría “el clan Torres”, que desde ayer llevan también La Colegiata del Fai, junto a la iglesia. Néstor pensó y repensó qué orientación darle a este local, y decidió mantener la línea anterior, con unos diez buenos pinchos y cervezas. Fundador con otros del club Melgachos de veteranos de rugby, aún piensa en otro local que sirva de lugar de encuentro para los amantes de este deporte en Vigo. Néstor vive frente al bar que acaba de inaugurar, así que puede vigilarlo desde casa y tiene la iglesia en medio para rezar por su futuro.

¿Vázquez Alemán? Baiona 

Uno podría decir que en Baiona los veranos no son lo mismo si Manuel Vázquez Alemán no expone en Capitanía, o sea en Elduayen, 20. Les faltaría un ingrediente artístico que conocen bien tanto nativos como turistas que allí repiten vacaciones. Faltaría ese color y esa luz de sus acuarelas que dan sustancia al universo temático que los puebla, sus músicos, sus otros personajes hombres o mujeres, sus paisajes de mar y tierra... Pues ya está ahí otra vez, a Dios gracias. Yo estuve en su última exposición ahí mismo otro verano, y quedé como embargado por los matices lumínicos, por los trazos de su pincel, por ese estallido colorista que parece dar gracias a la vida. Amén.

La mascletá virtual de Ambel

Hola, Ambel, Rafael Jiménez. Este granaíno recriado en Valencia y requintado en Vigo, cordial en su pronto, profesor que da la cara en el tajo del arte, muestra estos días su última obra escultórica en Góis (Portugal) hasta finales de julio, y estará en el Auditorio de Cangas el mes de agosto. Yo vi mucha obra suya pictórica, sabía de sus publicaciones sobre el mundo del diseño y su diseño incluso de revistas pero no de la faceta escultórica de este profe universitario y de Secundaria, doctorado hace mucho cum laude en Bellas Artes, diplomado en Estudios Avanzados de Diseño en ingeniería y en Comunicación Audiovisual y Publicidad. Lo que vimos en Gois es una escultura interactiva, su “Mascletá virtual o cómo el espíritu fallero traspasa fronteras”, que así titula y con la que consigue emular tanto la espacialidad del arte pirotécnico como el propio sonido de una mascletà. La obra se ha realizado con materiales reciclables y con diversos elementos electrónicos, lo que la hace única. ¡Pardiez, Ambel, qué osado eres!

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