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Empieza la demolición del Camaleón: así será la nueva playa de Samil

El principio del fin del Camaleón

El principio del fin del Camaleón

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El principio del fin del Camaleón Borja Melchor

Comienza la cuenta atrás para la despedida del edificio en el que antaño operaba la cafetería Camaleón, en Samil. Los operarios empezaron ayer los trabajos de derribo, que terminarán, aproximadamente, en dos semanas, según avanzó en rueda de prensa el alcalde, Abel Caballero, horas después de supervisar el inicio de las obras. El objetivo: dar luz a una zona verde en este espacio. Se trata del primer paso de un ambicioso proyecto comandado por el gobierno local: pretende retranquear hacia tierra el paseo actual –entre 15 y 27 metros, dependiendo de la zona–, que será demolido, para recuperar 5.000 metros cuadrados de duna. “Queremos espacios ligeros, de madera, desmontables, y no estos mamotretos de cemento de hace casi medio siglo que no significan más que atraso y deterioro”, señaló.

El pasado 14 de enero, el Concello recibió este espacio una vez finalizó la concesión, otorgada en el año 1984. Con la misma idea que se aplicó en el lugar sobre el que se asentaba el restaurante As Dornas, Caballero y su equipo pretenden recuperar esta zona para la ciudadanía y poner punto final a una edificación con una salud pésima, como confirmó el regidor. “Los profesionales que están haciendo el derribo me dijeron que era muy buena decisión. El cemento estaba lamentablemente deteriorado, de tal modo que, al apretar un poco la pinza de demolición en las columnas, se convertía en arena, lo vi yo. Es imprescindible tirarlo. Ya no aguantaba más”, apuntó.

El derribo del Camaleón supone el pistoletazo de salida de un plan de gran envergadura que logrará cambiar el ADN de Samil. “Haremos una playa completamente distinta”, dijo Caballero. Y es que la entidad de la Praza do Rei, como avanzó FARO, tiene sobre la mesa la idea de la primera fase de un proyecto que persigue recuperar el sistema dunar de la principal playa del municipio, la más grande y uno de los símbolos que componen la huella dactilar de la urbe. La actuación se centrará, inicialmente, en el tramo comprendido entre la concesión administrativa de la antigua cafetería Camaleón, al lado de la pista de patinaje, y Tombo do Gato. El presupuesto para llevar a cabo esta intervención: 4,5 millones de euros. El plazo de ejecución establecido por el alcalde: 2 años.

Demolición del Camaleón, esta mañana Alba Villar

La intención del gobierno local es construir un nuevo paseo, que quedará al nivel de la arena, ya que “la playa va subiendo a medida que se aleja del agua”, lo que permitirá potenciar la accesibilidad y poner punto final a las escaleras y el muro que, actualmente, presiden la zona. De este modo, se respetará la caída natural de las dunas, es decir, arena y paseo estarán a la misma cota. Este será una de las grandes novedades en el concepto renovado de este paraíso.

“El resultado será espectacular: podremos pasear entre los árboles y tocar la arena a la vez que vemos el mar. No habrá escalones ni desniveles para acceder a la playa, eso es una gran novedad”, explicaba Caballero a este periódico a mediados de junio. Fijó para otoño la finalización del proyecto. “Trataré de que lo financie Europa y esté acabado en dos años, antes de que concluya el mandato. Ahora, vamos a encargar el proyecto y, a partir de ahí, habrá que licitar y realizar la obra, que es sencilla y se hace rápido”, apuntaba.

El nuevo paseo se presentará de dos formas diferentes. Una primera parte se extenderá desde el terreno que ocupa ahora el edificio que albergaba el Camaleón hasta la mitad del tramo sobre el que se actuará y tendrá una ramificación para conectar con la acera de la avenida de Samil: en el punto de bifurcación, los ciudadanos podrán disfrutar de una zona de estancia. Si el actual paseo tiene entre 6 y 8 metros de ancho, este llegará a 12. Se ejecutará teniendo en cuenta la máxima del respeto medioambiental, por lo que su superficie será de baldosa natural de cuarcita capaz de absorber dióxido de carbono (CO2), similar a la que se usa en la renovada Gran Vía. Los ciudadanos caminarán acompañados de pinos a los lados –a los que hay, se sumarán otros– y se podrán topar con ejemplares en medio del bulevar.

Caballero, en la zona sobre la que se actuará Alba Villar

La segunda parte continúa desde la zona de estancia y avanza hasta el pasillo que comunica la avenida de Samil con la cala previa a Tombo do Gato. En este caso, será de madera tratada ­–para soportar el paso de personas y la acción del mar– o de un material “ecológico” que absorba CO2. Tendrá un ancho de 5 metros, no de 12. Ofrecerá una bifurcación de unión con Argazada algo más estrecha que la vía principal. Sustituirá al paseo que, ahora, es de tierra y discurre entre los pinos, que ganarán más protagonismo en esta nueva imagen que regalará Samil con la plantación de más ejemplares a lo largo de todo el recorrido y la sustitución de alóctonas por esta especie.

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