Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los cortes como alivio a la pena

La psiquiatra Marta López, ante el Álvaro Cunqueiro. | // ALBA VILLAR

Como un colgante, pendurada del cuello. Dentro de la carcasa del móvil, siempre a mano. Son sitios donde la psiquiatra Marta López ha visto cómo adolescentes llevan las cuchillas con las que se autoinflingen lesiones. Es un fenómeno en aumento tras la pandemia que antes era poco habitual: adolescentes, sobre todo chicas, de entre 13 y 18 años, que no son capaces de gestionar el malestar emocional que sienten y lo canalizan haciéndose daño.

“Siempre, históricamente, tras una crisis social aumentan la psicopatología y los problemas psicosociales y lo hacen como rompen las varas, por la parte más vulnerable”, explica la doctora y, en este grupo, incluye tanto adolescentes como a personas mayores. En concreto, en cuanto a estas autolesiones, desconocen si se han disparado “a consecuencia de la pandemia o tocaba que apareciesen”. Las asociaciones y sociedades científicas de esta especialidad están organizando jornadas para debatir las causas de estos incrementos. “Podemos tener factores, pero no hay una causalidad. Queremos saber y estamos intentando ubicarnos”, cuenta la doctora.

Los psiquiatras, desbordados

Lo que es cierto es que los psiquiatras del Servicio de Urgencias del Álvaro Cunqueiro –con dos doctores y un residente por turno– están “desbordados” desde el desconfinamiento. “Ha aumentado de forma brutal la urgencia psiquiátrica en general”, señala. Y, dentro de ella, también lo perciben en niños y adolescentes. Cuando antes era poco frecuente, ahora es más habitual. “Hace tiempo que notamos un aumento del malestar emocional en los menores, pero con la pandemia tenemos un pico que se ha notado en todas las comunidades autónomas”, señala.

La doctora López clasifica los casos que han aumentado entre los menores de 16 años –a partir de esta edad se engloban en los pacientes adultos en el sistema gallego– en dos grandes grupos: los problemas psicosociales y la enfermedad psiquiátrica. En el primero se incluyen estas autolesiones no suicidas, como los cortes quemaduras o ingestas de productos tóxicos. Pueden hacerlo para llamar la atención de su familia, el ámbito escolar o a sus amistades y que estos muevan ficha –lo que los psiquiatras denominan movilización del entorno– “No es que lo hagan con intención consciente ni con componente de maldad, es una movilización a través de un mecanismo desadaptativo”, explica la doctora. “Hay una población que no tiene los recursos adaptativos para cierta situaciones”, agrega.

Otras veces no tiene este objetivo, sino que persigue liberar ese malestar emocional que puede proceder del entorno escolar, familiar o del rol con sus amigos y que, muchas veces, definen como “sensación de vacío”. Como quien se pone una canción triste cuando está abatido para desahogarse llorando. Pero problemático.

Incluso hay jóvenes que comparten entre ellas recomendaciones para ocultar las lesiones. Otra cosa que ha llamado la atención de los psiquiatras es que, “habitualmente, conocen a más gente que se corta”.

Absentismo escolar

No es el único problema psicosocial –es decir, que no implica patología– con el que se están encontrando tras el confinamiento. Otro aumento que les llama la atención es el de los casos de problemas por absentismo escolar que les llegan a Urgencias. “Los padres intentan llevarlos al colegio y se da una crisis clásica, el niño la monta, amenaza con cortarse...”, describe. La familia no es capaz de controlar la situación y la ambulancia lo trae al hospital. “Muchas veces hay una búsqueda de una solución médica a un problema psicosocial”, señala. Y no es la vía.

En cambio, los que cree que se están “desdibujando” son los más habituales antes de la pandemia: los cuadros adaptativos, los fenómenos ansiosos o el ánimo bajo por el acoso escolar, amplificado en los últimos tiempos por las redes sociales.

Más somatizaciones, intentos de suicidio y trastornos alimentarios

Además de los problemas psicosociales, la psiquiatra del Álvaro Cunqueiro Marta López también percibe un crecimiento de las urgencias por patología psiquiátrica: más intentos de suicidio por situaciones de estrés y crisis, más casos de trastorno de conducta alimentaria y más somatizaciones de la ansiedad en preadolescentes.

En concreto, calcula que las urgencias relacionadas a trastornos alimentarios han podido duplicarse. Lo más habitual son casos de anorexia nerviosa y bulimia, con situaciones graves. “Hacía muchos años que no teníamos tanto de eso”, cuenta. Aunque la mayoría de los casos se ven en consultas, por la puerta del Servicio de Urgencias entran casos como “niñas que han perdido mucho peso o con conductas purgativas, como ingesta de laxantes, o incluso intentos de suicidio en este contexto”, describe la doctora.

En los más pequeños, de 6 a 11 años, lo que más se producen son las somatizaciones. Como tienen menos recursos para manifestar su ansiedad, la canalizan a través del cuerpo y se traduce en dolores abdominales inespecíficos, cefaleas, cansancio...”. También perciben un repunte del consumo de estupefacientes en edades más tempranas.

Compartir el artículo

stats