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Los de la Escuela de Artes

Las recetas de Cadavedo Fernando Franco

Ahí los veis, de celebración: el fin de curso del Aula e Escultura y Talla de la Escuela de Artes y Oficios. Hace unos días que visitaron el museo de la Fundación Serralves en Oporto. Mereció la pena el viaje, tras tres años bajo la tutela de la artista y profesora Rosa García. Y aprovecharon este último encuentro para contemplar la muestra de Louise Bourgeois y la de Giacometti en el Museo de la Misericordia. Entre los alumnos de esos tres años están Tania y Diana (grupo Alterarte), Victorio, Eduardo, Elías, Cheli, Pepe e Isabel. Y claro, aprovecharon para degustar un buen bacalao e incluso acercarse a Praia da Luz a tomar un Oporto mirando al mar.

Se murió, muy solo, Enoque 

Me cuesta creer que lo encontraron muerto hacía días en su piso de Luis Taboada porque no solo murió en soledad, de algo súbito, sino que no he visto información pública de ello, o sea solo, de improviso y sin pública transcendencia. Enoque de Meneses. Yo creo que llegó a Vigo allá por el 2000 o un poco antes. Estaba acostumbrado a buscarse la vida desde que era niño de la calle en su Bahía natal, de donde debió de haber heredado esa voz gritona, esa manía por cortejar a todas las mujeres y esa alegría interminable. Claro, yo le conocí casi al llegar a Vigo de Argentina, donde tuvo cierta resonancia televisiva, y hasta fui padrino de su primera boda en el Ayuntamiento vigués en 2005, día en que me apareció vestido de blanco impoluto a lo Julio Iglesias para contraste de su negra piel. Luego le vi hacer de todo, incluso engordar, antes de tener este kiosco: trabajar en bares, colaborar en televisiones o en esos juegos de guerra con pelotas de colores (paintball), vender camisetas diseñadas por él y hasta periódicos... Se casó otra vez aquí, consiguió un kiosco en Montero Ríos y luego montó enfrente el restaurante Bonpland, supongo que acumuló deudas y lo perdió... con la ilusión que él tenía por ser alguien, y murió solo, sin ayuda, sin que nadie lo contara, en su piso de Luis Taboada. Pobre Enoque.

La poesía de Verónica

Conocí el libro, que se presentó hace días en Vigo tras la música de Adrian Timms, por medio de Ruy Andrade, y me gustó no solo su título, “Lo que rescaté del fuego” (editorial Círculo Rojo), sino su división estructural: “Todo lo que soy” y “Todo lo que fui”. Pero lo fundamental de esta obra poética de la viguesa Verónica S. Suárez son esos textos surgidos del amor, del desamor, de la incomprensión, de la amistad en la adolescencia primero; de la etapa adulta después. “La injusticia, el dolor, mi visión del mundo, los momentos de alegría, la maternidad, y también lo vivido en el confinamiento son temáticas que aparecen en estos versos”, explica ella misma.

Las recetas de Cadavedo

Ayer nos fuimos con la sagaz cocinera Carla Álvarez al restaurante A Toda Costa (antes Costa da Vela), y estuve de gozos culinarios con Pepe Cadavedo y Jaime Díaz con su cámara en este lugar excepcional, junto a Cabo Home y Monte do Facho, donde se tocan las Cíes con las manos. De esa experiencia con la nueva familia que tutela el local ya os hablaremos. Ya que fui con Cadavedo, ahora aprovecho para decir que ese libro anual que publica, “Las recetas de nuestros restaurantes”, que no se pudo presentar en 2020 por la pandemia, se presentará por fin en Navidades en el Casino de Vigo, junto al de 2021. Yo estoy ojeando el primero, lleno de propuestas gastronómicas.

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