El brunch (resultado de la unión de “breakfast” –en inglés, desayuno– con “lunch” –almuerzo–), o desayuno tardío, ha llegado a Vigo para quedarse. Esta costumbre inglesa ha conquistado a la ciudad olívica, y las restricciones sanitarias no han hecho más que potenciarlo. La obligatoriedad de estar en casa antes de la medianoche o el cierre de discotecas, han obligado a los vigueses a aprovechar más el día, disfrutando de las mañanas fuera de sus viviendas. Además, el fenómeno de fotografiar la comida y publicarla en las redes sociales supone un factor clave en su éxito. Fotos con una estética cuidada, de comida llamativa y apetecible inundan Internet. Que la estética de los platos esté cuidada hasta el mínimo detalle es un requisito que, si perseguimos la imagen más instagrammeable –que algo esté adaptado a la estética de Instagram–, es esencial. ¿Quién no ha tenido que esperar a dar el primer bocado para inmortalizar el momento?

"El ocio nocturno cambió al diurno”

En La Cultural saben lo que se siente, ya que su brunch triunfa en Instagram. Desde que sus puertas abrieron en noviembre de 2019, se forman colas de gente que quiere disfrutar de sus platos. “La media de edad de los clientes es de 24 a 35 años”, explica Jesús Míguez, su gerente. Y esa juventud, aficionada ahora a este tipo de gastronomía, es la que “comparte mucho e interactúa mucho”, afirma. Esto se explica con la estética del brunch, con esa forma especial de presentar los platos y la curiosidad que despierta en la gente. Ese factor instagrammeable es lo que ha impulsado su fama. “Cuando empezamos, el brunch no se conocía tanto, pero el verano de 2020 fue el despegue”, declara Míguez. “El ocio nocturno cambió al diurno”. Y algo que La Cultural ha adoptado con éxito es trasladar esta comida a la noche, introduciendo el concepto brinner (unión de “breakfast” y “dinner” –en inglés, cena) unido a la coctelería. “Es como la fiesta del brunch, y hemos querido hacer una carta de cena inspirada en él y cócteles nuestros”, explica.

Y es que, los locales se reinventaron incluyendo el brunch en sus menús, y comenzaron a nacer nuevos restaurantes especializados. Este es el caso de Lola & Lía, un espacio donde disfrutar de desayunos, comidas y meriendas, pero, sobre todo, de un brunch. Nazaret Silva, gerente, lo tiene claro: “Desde que abrimos hasta que cerramos hay cola para entrar”. Y algo importante, cada vez más demandado, es el buen café, de especialidad. Por eso, en Lola & Lía es ecológico.

Con todo, el éxito del brunch no ha hecho más que despegar.