En plena escalada de casos activos de COVID-19 en Galicia, con la incidencia disparada entre los jóvenes, la Policía Local de Vigo precintó esta pasada madrugada dos locales y denunció a otros tantos por incumplir las medidas profilácticas. Además, desalojó un minibotellón con 30 personas en Montero Ríos.

Los agentes se personaron en un establecimiento de ocio nocturno en la calle Oporto y en otro en Areal, destacando este último por triplicar su aforo: mantenían dentro a 142 personas cuando el límite debería ser de 44. Del mismo modo, varios clientes se encontraban sin mascarilla y el medidor de CO2 superaba los 1000 ppm (partes por millón), por encima del límite para una ventilación adecuada.

Asimismo, las fuerzas de seguridad cursaron sendas denuncias a dos locales más: uno, en Rogelio Abalde, donde se alargó el cierre más allá de la hora permitida -3.00 h-, permanecía desactivado el medidor de dióxido de carbono y carecía de carteles de aforo máximo y de gel suficiente para la desinfección de manos. Por si fuera poco, el personal dedicado al control de acceso no presentaba la titulación requerida. El otro, en Santiago de Vigo, fue sancionado igualmente por dilatar el horario de clausura, según han informado a FARO fuentes oficiales.

En estos lugares, además, también se encontraron a personas consumiendo en barra obviando, además, la obligatoriedad del registro de clientes.