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La nonagenaria atacada por un pitbull en Vigo: “No puedo ni comer bien ni andar”

La víctima, en silla de ruedas, ayer, a la salida de los juzgados tras su declaración.

Antes era independiente, ahora “no puedo ni comer bien ni andar; si me veis antes a cómo me quedé...”. Así explica las consecuencias que esta mujer de 92 años sufrió al ser atacada por un perro pitbull, una de las razas incluidas en la lista de las consideradas potencialmente peligrosas el pasado 29 de abril en su edificio de la calle Menéndez Pelayo, cuando la víctima esperaba el ascensor. La nonagenaria fue trasladada entonces al Hospital Povisa, donde tuvo que ser intervenida quirúrgicamente.

El Juzgado de Instrucción 1 de Vigo abrió diligencias por un presunto delito de lesiones imprudentes. Tras citar en semanas anteriores a los testigos del ataque así como a la cuidadora del cánido, que no acudió a la citación, ayer fue la declaración de la víctima, que acudía en silla de ruedas a consecuencia de las lesiones sufridas, especialmente en cara y cuello.

La mujer no recordaba “nada” de cómo sucedió el ataque; llegando incluso a emocionarse durante dicha declaración, tal y como explicó su hijo, quien la acompañó hasta la sede judicial. La nonagenaria, al término de la comparecencia, aseguró encontrarse “mejor; no bien del todo, pero bien” . No obstante, la vida de esta viguesa ha cambiado por completo: de ser autosuficiente a depender de una auxiliar.

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Operan de urgencia a una nonagenaria tras el ataque de un perro en Vigo Marta G. Brea

Los hechos, según la Policía Local, fueron a las 16.40 horas, cuando recibieron la alerta de que una mujer de avanzada edad había sido atacada por un perro en un edificio ubicado a la altura del 17 de Menéndez Pelayo. Una vez en el punto, comprobaron que la víctima, Consuelo S.P., había sufrido graves heridas en su rostro, como en la zona de la mandíbula, ya que un can se le había echado encima en el rellano de la planta baja, mientras esperaba el ascensor.

El animal es de la raza pitbull y, según habría manifestado su dueña, se escapó del piso, en ese mismo inmueble, cuando abrieron la puerta de la vivienda. Al parecer, según otras referencias, no sería la primera vez que ocurría. La Policía Local comprobó que el can tenía el chip, pero no dispone de seguro.

Las próximas diligencias irán encaminadas a dirimir si se trata de una causa penal o por el contrario correspondería a la jurisdicción civil. Una de las cuestiones a aclarar es quién es el dueño del can, que ese día estaba al cargo al parecer de una familiar del mismo. También cómo se escapó el perro y si ya lo había hecho en ocasiones anteriores. En definitiva, se busca saber cómo se desencadenaron los hechos.

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