La Formación Profesional ha logrado afianzarse ya no como una opción de segunda para el alumnado que termina sus estudios obligatorios, de Bachillerato o incluso aquellos titulados que buscan un conocimiento más práctico de su rama. En su régimen ordinario, son más de 3.717 las plazas que se ofertan para el centenar de ciclos de Grado Básico, Medio o Superior para este curso. Medio centenar de plazas, así como dos nuevas titulaciones se incorporan a este abanico de FP en su régimen ordinario, ya que, para el régimen de personas adultas, bien en modalidad presencial bien semipresencial o a distancia, sí incrementaron sustancialmente su oferta hasta las 1.013 y las 500 respectivamente. Llama la atención que esta cifra no desmerece con la oferta de la UVigo también para primer curso, que suma un total de 3.791; solo 74 menos.

También la FP Dual se ha reforzado apostando por ocho ciclos en los que sus 107 alumnos que opten a las plazas podrán combinar las clases teóricas con la práctica remunerada y tutelada en empresas del sector. Así, los ciclos que ofrecen la posibilidad de compaginar ambas formaciones son el Ciclo Medio de Comercialización de Productos Alimentarios y Ciclo Superior de Gestión de ventas y espacios comerciales del IES A Guía; el Ciclo Medio de Elaboración de Productos Alimentarios y el Ciclo Superior de Fabricación de productos Farmacéuticos del CIFP Manuel Antonio; el Ciclo Medio de Carrocería, Instalaciones Frigoríficas y de Climatización y el Ciclo Superior de Automoción del CIFP Valentín Paz Andrade y el Ciclo Medio de Cuidados Auxiliares de Enfermería.

Aumento de matrícula

Este presente curso fueron fueron 86 los alumnos que cursaron alguno de los ciclos de FP Dual ofertados en instituciones de Vigo, más del doble de los contabilizados años atrás: 38 en el 2017, 34 en el 2018 y 72 en el 2019.

A esta oferta hay que sumarle los cursos de especialización, también conocidos como Másters de FP. Cada uno de los seis másters que imparten los centros de Vigo cuenta con total de 20 plazas distribuidas en las siguientes horas: Implementación de Redes 5G (300 horas), Fabricación Inteligente (600), Inteligencia Artificial y Big Data (600), Fabricación Aditiva (600), Audiodescripción y subtitulación (500) y Panadería u bollería artesanales (600).

La alta demanda que esta formación está percibiendo en los últimos años hacía presagiar un aumento sustancial de la oferta, en el caso del CIFP Manuel Antonio recibió el doble de solicitudes de las que podía absorber, sin embargo la limitación de espacio hace inviable esta posibilidad. Así lo explica el director de este centro integrado. “El espacio es el que es y no podemos albegar a más alumnado. No podemos poner más oferta porque resulta imposible”, explica Rubén Otero.

Listas de sustitución

Otro de los puntos que evidencia el repunte de la FP se aprecia en la lista de sustitutos. Y más este año a colación del COVID. Dentro de los programas PROA, que son servicios de refuerzo para el alumnado de cualquier etapa educativa , la Formación Profesional también demandó este servicio, agotando todo el profesorado que se encontraba en estas listas. Un ejemplo es en Matemáticas. Y es de los 1.515 docentes que engrosaban estas listas, todos fueron llamados por los centros para reforzar las clases dentro del propio horario lectivo. “Apoyamos al tutor o profesor en el propio aula en jornada completa para ayudar al alumnado que tenga más dificultad”, explica una de esta docentes de refuerzo de matemáticas en Formación Básica en este centro de Avenida de Madrid.

“Parece que la hostelería es solo poner café y no; los ciclos te enseñan todo lo que hay detrás”

Una formación profesiones y personal. Así define Silvia Álvarez su experiencia en el ciclo de Servicios en Restauración en el CIFP Manuel Antonio, una modalidad del régimen de adultos. Ella, al igual que otras compañeras del ciclo, lleva trabajando años en la hostelería, pero quería un extra que validase todos estos conocimientos y años de experiencia. “Terminé el instituto y ya empecé a trabajar de camarera, sin experiencia alguna. Pasaron los años y me entró la idea de formarme. Porque parece que ser camarera es solo poner cafés y no. Hay todo un mundo detrás que es lo que te enseñan estos ciclos”, cuenta Álvarez. Reconoce que el aspecto teórico fue tan importante como la práctica en estos meses. “Abarcamos los dos aspecto. No todo es practica, hay mucha teoría que también es necesaria. Luego sí es verdad que haces las practicas en un restaurante o cualquier otro lugar para poner en práctica todos estos conocimientos. Cuando no tienes experiencia, es lo mejor”, narra esta joven, quien ya baraja la posibilidad de embarcarse en el Ciclo Superior. “Para mí fue un enriquecimiento personal importante. Solo me arrepiento de no haberlo hecho antes. La edad no puede ser un impedimento”, concluye.