Violencia vicaria. Parece un término novedoso, surgido a colación del asesinato de la pequeña Olivia a manos de su padre, Tomás Gimeno, quien se la llevó junto a su hermana Anna el pasado 27 de abril, con el objetivo de hacerle daño a su expareja y madre de las niñas en Tenerife.

El término en cuestión hace referencia a los padres que asesinan o secuestran a sus propios hijos para infligir el máximo daño posible a la pareja o expareja.

Son varios los casos de esta naturaleza que se han registrado en los tribunales vigueses pero fue este pasado lunes 14 de junio cuando se interpuso la primera denuncia empleando esta calificación –violencia vicaria–, que si bien no es un delito tipificado cono tal en el Código Penal, si es la terminología que especificaba la denuncia.

En este caso, fue un padre el que denunció a su expareja por presunto el hostigamiento que esta le habría ejercido a través de la hija de ambos.