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¿Digitalizar el comercio? Aquí, las facturas, a mano

Anuska, Pituca y Mauxi, de la mercería Saldaña, con sus anotaciones a mano Pablo Hernández

“Las redes sociales me aburren, me parecen un horror”. “Estar actualizado es lo más, si no, te lleva la corriente”. Son dos frases de dos personas del mismo gremio. La primera la firma Mauxi Saldaña, una de las responsables de la mercería Saldaña, ubicada en la Ronda de don Bosco, con 70 años de historia. La segunda, Marta Muiños, propietaria de la zapatería y tienda de complementos Greta & Él, en la calle Ecuador desde hace un lustro –a escasos metros de la mercería–. Son la cara y la cruz de la digitalización del comercio: componen la radiografía perfecta de la situación del gremio en esta materia.

Mauxi Saldaña reconoce que le “supera” el mundo de las nuevas tecnologías. “Tengo 63 años, qué quieres que te diga, nací en otro mundo”, señala minutos antes de comenzar su jornada laboral con la ilusión de atender a sus clientes “en persona”, sin una pantalla que les separe: “Me manejo en el correo, pero no tengo el comercio digitalizado: no dispongo ni tiempo ni de ganas. Nuestros clientes vienen a la tienda a que les ayudemos, damos un servicio que no nos permite internet: de persona a persona, muy familiar, todos somos amigos. Hay algunos que llevan 70 años comprando en nuestra tienda”.

Anuska y Mauxi, de la mercería Saldaña Pablo Hernández

Está convencida de que la mercancía y el servicio humano son dos aspectos fundamentales en la mercería que deben ir de la mano y de que, en un futuro, se le volverá a dar la máxima importancia a este binomio. “En vez de hacer facturas electrónicas, las hacemos como siempre, a mano. El modelo que usamos es el mismo que el de los años 80. Esto es lo mejor, volverá, y muy pronto”, anota, a la vez que recuerda emocionada que esta filosofía es la que siguieron sus padres, Luis Saldaña y Pituca Tizón, fundadores del negocio. La madre lo confirma: “Me encanta muchísimo tener trato con la gente”. ¿El resultado? Muy positivo: el establecimiento funciona a las mil maravillas, con clientes a diario, “gracias a la labor constante de Pituca, Mauxi, Patri, Aixa y Anuska”.

En el otro lado de la moneda, se sitúa Marta Muiños, de Greta & Él. Aprovechó el confinamiento para insuflar aire a la web. “La hice cuando abrí la tienda, hace cinco años, pero la dejé de lado para centrarme en la parte física, que sigue siendo importante”, señala. Ahora, es uno de los hilos que sostienen el negocio, junto con el WhatsApp y las redes sociales. Incluso permite el pago por Bizum, un sistema de envío de dinero entre particulares en el que se precisa conocer el número de teléfono de la otra persona para efectuar la operación.

Marta y Claudia, de Greta & Él Pablo Hernández

Con su compañera Claudia García, forma un “tándem perfecto”: la ayuda a alimentar las cuentas de Instagram y Facebook con fotografías que ellas mismas realizan. “Usamos a clientes o amigos como modelos. Las redes sociales funcionan como catálogo, al igual que la página web, en la que también se puede comprar. Les dedicamos muchísimas horas”, confiesa antes de destacar que una de las vías de contacto con los clientes es la videollamada. Y es que la digitalización es, en su opinión, un paso imprescindible, sobre todo, en vistas a la era pos-COVID-19: “Efectuamos envíos a cualquier punto de España; si es cerca de Vigo, llevamos el datáfono cuando lo solicita el cliente. En la tienda, echamos mano de la tablet para enseñar nuestros productos”.

“El contacto en persona con los clientes no puede faltar"

Marta Muiños - Responsable de Greta & Él

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El factor que iguala a la mercería Saldaña con Greta & Él es el gusto de sus responsables y trabajadoras por el trato en persona con sus clientes: “Eso no puede faltar, las personas son lo primero. Conocemos a muchísimas clientas por su nombre. La combinación con el ámbito digital es perfecta”. Para que más establecimientos se sumen a la ola tecnológica, Muiños pide más ayudas de las entidades públicas: “Si no nos apoyan, las grandes superficies nos barren”.

Marta y Claudia, de Greta y Él Pablo Hernández

Agrupar la oferta

El presidente de la Federación Vigo Comercio, Roberto Giráldez, da fe de este estado de digitalización a dos velocidades. Asegura que “cuesta convencer a los comerciantes de que no queda más remedio” que adentrarse en el mundo de las nuevas tecnologías. “Hay asociados que no tienen ni correo electrónico, y eso que es el padrenuestro en esta materia. Impulsamos a los comerciantes a través de mensajes en grupos de difusión, pero, luego, algunos no ponen sus productos en las plataformas digitales”, concreta.

También pone el acento en la importancia de agrupar lo máximo posible la oferta de los negocios, es decir, que exista un número reducido de espacios digitales a los que acceder a comprar los productos. “Eso ayudará a los clientes a saber rápidamente a dónde acceder: un ejemplo es Amazon, que incluye muchísimas tiendas. Ahora mismo, hay un montón: cada semana, me llegan propuestas diferentes de servicios de venta online. Lo ideal sería un espacio para los establecimientos de Vigo y otro en el que figuren todos los de Galicia”, reflexiona.

Una plataforma municipal

El Concello ya se ha puesto manos a la obra para dar vida a una plataforma de ventas online -que contará con una aplicación móvil- para todo el comercio de Vigo. Se espera que vea la luz en los próximos meses. Según concretó a principios de este año el alcalde, Abel Caballero, nacerá con el objetivo de impulsar los negocios de los comerciantes locales y favorecer las compras en la urbe desde cualquier parte del mundo. Permitirá adquirir productos, pero también consultar qué establecimientos se encuentran próximos con respecto al cliente.

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