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“A mis 60 años, quiero vencer el miedo a ir en bici”

Un grupo de mujeres aprovecha un curso para hacer realidad un anhelo: montar en bici Marta G. Brea

“En mi infancia, era la prima de mayor edad, entonces, me dedicaba a cuidar a los pequeños de la casa. No pude aprender a andar en bici y, ahora, con 62 años, me llega la oportunidad”

Nieves Alonso

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Es el testimonio de Nieves Alonso, una de las participantes del exitoso curso para aprender a montar en bici promovido por Greenpeace y el colectivo ecofeminista Mulleres Bicivisíbeis y dirigido a mujeres de más de 16 años que no sepan usar este medio de transporte. Asegura que le hace una “ilusión terrible”. Su siguiente paso: lidiar con las motos.

Tres mujeres relatan su experiencia en el curso de Greenpeace y Mulleres Bicivisíbeis para aprender a manejar las dos ruedas

“Siempre he querido aprender a andar en bicicleta para saber cómo mantener el equilibrio y, luego, atreverme con la moto. Hace 20 años, lo intenté un día en casa, pero me salió mal”, explica. Se enteró de la iniciativa ciclista por los medios de comunicación. “Cuando escuché a una de las monitoras explicar el curso, no lo dudé: me apunté”, señala.

La vida sobre ruedas a los 60

La vida sobre ruedas a los 60 Marta G. Brea

Ella fue la valiente de su grupo de amigas: “Les pregunté, pero no quisieron anotarse por el miedo a caerse. Era algo pendiente conmigo misma. Siempre pensaba: qué pena no enterarme de dónde hay cursos. Veía que me iba a hacer mayor y no iba a conseguirlo”.

“De pequeña, cuidé de mis primos. No pude disfrutar de la bici”

Nieves Alonso - Participante de 62 años

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Nieves Alonso se enfrentó ayer a la tercera sesión del curso -la cuarta y última se celebra mañana-, que se desarrolló en el parque de Castrelos.

Mujeres participantes en el curso para aprender a andar en bici Marta G. Brea

Reconoce que, poco a poco, va aprendiendo a manejar la bicicleta, pero es consciente de que, una vez termine la formación, tendrá que practicar por su cuenta. “Lo haré sin vergüenza: si me caigo, no pasa nada. Usaré alguna de las bicicletas que hay en mi casa: menos yo, todos tienen”, apostilla.

Isabel es otra de las participantes de la iniciativa de Greenpeace y Mulleres Bicivisíbeis. Con 60 años, pretende ponerle el punto final al miedo que le generó una experiencia “desagradable” que vivió cuando tenía “12 o 13 años”.

Las participantes en el curso ayer en el parque Marta G. Brea

“Me hicieron ir medio engañada por una carretera comarcal llena de camiones y tráfico, sin arcén. Fueron 8 o 9 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta, aunque me habían dicho que el destino estaba cerca. Me acompañaban dos amigas, pero ellas sí que tenían más experiencia. Lo pasé tan mal, fue tan horroroso y aterrador, que nunca más me atreví: a partir de ahí, solo cogía la bici en parques o casas de campo”, explica.

Ahora, más de 45 años después, no dudó en apuntarse a la formación para vencer ese miedo. “Siempre he sido una persona deportista. Al conocer esta oportunidad, me anoté rápidamente. Una vez acabe el curso, practicaré más. Es posible que, poco a poco, me anime a volver a coger la bicicleta en la ciudad y olvide ese temor”, reflexiona.

“Cuando sepa circular, iré a trabajar en bici y pasear con mi sobrino”

Edurne Fernández - Participante de 39 años

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Edurne Fernández es una de las participantes más jóvenes de los cursos. Llevaba “mucho tiempo” pendiente de este tipo de formación para quitarse la “espinita”.

Mujeres de diferentes edades durante el curso impartido por Bicivisíbeis en asociación con Greenpeace Marta G. Brea

“De pequeña, no pasé de los ruedines. Hace 10 años, intenté aprender a montar en bicicleta por mi cuenta, pero la bici que conseguí era muy alta y no lo logré. Cuando me enteré de la iniciativa, no dudé en apuntarme. El ambiente en las sesiones es fantástico y las monitoras están muy pendientes de nosotras. El primer día, ya perdí el miedo”, dice.

Cuando sepa circular sobre las dos ruedas, le encantaría ir a trabajar en bicicleta por el paseo del Lagares, hacer recados o pasear con su sobrino. “Espero que hagan más cursos para poder perfeccionar el manejo de la bici y enfrentarnos a ir por carretera con seguridad. Al acabar esta formación de iniciación, compraré una bici y me pondré a practicar como una loca. Nunca es tarde para aprender y disfrutar”, comenta antes de manifestar que le sorprende la “afluencia de gente, con lista de espera”: “Pensaba que era una rara avis, pero veo que no soy la única. No hay que avergonzarse”.

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