A la segunda fue la vencida. Berto, ya conocido como el Jack Sparrow vigués, y María se casaron ayer en el Registro Civil de Vigo. El enlace fue posible después de que el novio se retirase el gorro y la peluca de su disfraz tanto para pasar el control del edificio judicial como para la ceremonia, de cara a su identificación por razones de seguridad y por la propia boda.

Igual que en abril, cuando no se permitió la boda, Berto acudió disfrazado del famoso pirata y su ya esposa vestía el traje tradicional de gallega. Esta vez, eso sí, lo hicieron rodeados de gran expectación mediática. “Ninguna ley nos impide venir así”, decía él antes de entrar. Finalmente, y tras retirarse algunos complementos del disfraz, se ofició la boda y hubo tirada de arroz, abrazos y felicitaciones. “Al final lo hemos logrado; una simple boda se ha convertido en un acto reivindicativo”, resumió. El matrimonio mantiene la querella contra la jueza por no casarlos la primera vez.