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La Cofradía quiere conocer su valor social en euros

La sede de la Cofradía San Francisco en el Puerto de Vigo Marta G. Brea

El valor social de una entidad es el resultado de los recursos, procesos y políticas que se combinan para conseguir mejoras en la vida de las personas o de la sociedad en su conjunto. Tiene resultados económicos, aunque no siempre se refleje en la cuenta de resultados. Está claro que es fácil medir los tangibles en una entidad a través de la contabilidad ordinaria, pero los intangibles son otra cosa, igual que el valor emocional. La Cofradía de Pescadores San Francisco de Vigo quiere conocer su valor social y lidera un proyecto de contabilidad social para entidades del sector pesquero en colaboración con Fundamar (Fundación para la pesca y el marisqueo) y con la empresa Algalia. Se pretende conocer el valor social que generan ambas entidades a la sociedad y cuantificarlo económicamente, trasladarlo a euros.

Economía social

El patrón mayor, Iago Soto, destaca lo novedoso del proyecto. Es la primera vez que una Cofradía se suma a la economía social y acomete un plan estratégico para el desarrollo de un modelo de contabilidad social para las entidades del sector pesquero y marisquero, con apoyo de la Rede Eusumo de la Consellería de Economía para el fomento del cooperativismo y la economía social.

Estrategia de comunicación

“Hasta ahora las cofradías no éramos muy conscientes de que somos entidades de economía social. Creo que poco a poco se irán sumando más cofradías porque hay muchas oportunidades y subvenciones”, explica el patrón mayor. Las conclusiones del informe, que podría conocerse en junio, permitirán conocer la realidad del peso social de la entidad, valorarlo en euros y ver si es necesario cambiar la estrategia de comunicación.

Agente de diversificación

María Muiños es la agente de diversificación de la Cofradía de Vigo, un puesto novedosos en los pósitos, que trata de diversificar y buscar recursos en ámbitos menos conocidos para los pósitos, de ahí la apuesta por la economía social. De momento, se realizaron unas jornadas de formación y un proceso de diálogo con los grupos de interés en los que creen que pueden incidir valor, y han surgido sorpresas, pues algunas administraciones no perciben ese valor añadido que creían aportar.

Enlace con las administraciones

“Estamos valorando el año 2020 y durante la pandemia hacemos muchísimos trabajos que antes hacían las administraciones. La Cofradía hace de enlace en el caso de Capitanía, el ISM e incluso algunas consellerías, porque pasamos a online de golpe y nuestro sector no está preparado para eso todavía. Suplimos a la administración y presentamos las documentaciones de todos por sede electrónica, aunque no es la esencia de nuestro trabajo. No cerramos en ningún momento desde que empezó la pandemia y la Administración sí. Al final, somos una administración encubierta pero cuando se les pide que valoren lo que estamos haciendo, no lo valoran. Consideran que tienen una relación ‘normal’ con la Cofradía”, incide María Muíños.

Un teléfono de la "esperanza"

Sin embargo también hay sorpresas agradables de colectivos y gente que les agradece y valora que siempre responden y echan una mano. “Con la pandemia parecemos el teléfono de la esperanza, pero tratamos de ayudar a todos. Alguno nos pregunta qué hace, porque a su hijo le pusieron una multa por fumar un porro; otros llaman para preguntar cuando toca la vacuna o los efectos secundarios de las mismas. También tramitamos las solicitudes para cursos de gente que se quedó sin titulación porque no hay forma de acceder ni de que contesten al teléfono.

La Marina deportiva de Bouzas

Otro de los valores añadidos es la gestión de la Marina deportiva de Bouzas: “La gente agradeció los vídeos en directo que hicimos desde el pantalán para enseñar cómo estaban los barcos a sus propietarios durante la pandemia”, concluye María Muíños.

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