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El “deterioro” del cuerpo de Déborah no impide el análisis de las uñas

El furgón que transportó los restos mortales de Déborah, el martes, a su entrada en Pereiró. | // R. GROBAS

El hecho de que los restos mortales de la viguesa Déborah Fernández-Cervera descansasen en un nicho, en un lugar seco y sellado, era un dato que invitaba al optimismo en relación a la posibilidad de hallar algún nuevo vestigio para esclarecer la investigación de su muerte. Este presagio se confirmó con el “buen estado” en el que se localizó el ataúd tras el proceso de exhumación que tuvo lugar este pasado martes en Pereiró, sin embargo, el inevitable paso del tiempo ha hecho mella en los restos de la joven de Alcabre.

Pruebas

Fuentes consultadas ayer confirmaban que el cuerpo se encontraba “deteriorado”, lo cual no es ápice para que los forenses no puedan recoger de él pruebas clave. Y una de ellas ya está sobre las mesas de los patólogos para su análisis. Se trata de las uñas. Si bien una de las motivaciones principales de esta dolorosa diligencia de exhumación del cadáver 19 años después del crimen fue la extracción de ADN de estos restos al no habérsele realizado la prueba en la autopsia, no es hasta este momento cuando puede confirmarse si es viable o no.

Cotejar

Y a priori todo apunta a que sí. Primero, porque los forenses han podido localizar entre estos restos algunas, no todas, las uñas del cuerpo de la joven; y segundo, porque están en un estado que permite buscar y extraer, si los hubiese, posibles restos biológicos de terceras personas. Esto sería indicativo de un posible gesto de defensa por parte de la víctima, lo que certificaría la teoría criminal del caso. El hallazgo sería vital para su esclarecimiento siempre y cuando sea coincidente con otra muestra que esté registrada.

Estudios óseos

Tanto esta como el estudio antropológico de los huesos –las dos pruebas fundamentales a realizar con esta diligencia– no fueron practicadas en un primer momento al cuerpo de la joven. Pero no serán las únicas que se practicarán.

Los forenses que participan de este desempeño, el jefe de Patología Forense del Imelga de Vigo, José Luis Gómez, el responsable de la Unidad de Antropología Forense del Hospital de Verín, Fernando Serrulla y el médico forense y criminólogo de parte, Aitor Curiel trabajaron prácticamente sin descanso el pasado martes para continuar ayer y previsiblemente también durante la jornada de hoy en el Hospital Nicolás Peña. Primero fueron las radiografías óseas, luego el TAC y otras “muchas pruebas más”, confirmaron estas fuentes consultadas.

Volcado de datos

Este no es el único escenario donde el “caso Déborah” –reabierto judicialmente en 2019 tras una década de archivo– vive sus horas trascendentales. En Madrid, la empresa Lazarus Technology prosigue con el volcado del disco duro del ordenador de la joven tras la autorización del juzgado instructor.

Esta es una de las pruebas que más apoyo recibió del equipo legal de la familia de cara a arrojar luz a la causa. ¿Qué se busca? Su historial y cronología de las últimas conexiones así como la existencia de mensajes o correos que pudiera remitir o recibir Déborah Fernández-Cervera los días previos a su desaparición.

Hechos

A la viguesa se le perdió la pista el 30 de abril de 2002, cuando salió a correr por Samil. Su cadáver se halló diez días después a 40 kilómetros, en un cuneta de O Rosal en un escenario ficticio y rodeado de pistas falsas para dificultar la investigación.

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