Familiares de Déborah llegaron temprano esta mañana al cementerio de Pereiró para presenciar la exhumación de los restos de la joven. El inicio de los trabajos estaba previsto para el mediodía, pero tiempo antes la Policía Nacional desplegó un dispositivo de seguridad para controlar los accesos al camposanto municipal y vigilar en entorno del panteón familiar.

Rosa Fernández, la hermana de la joven viguesa, portaba un enorme centro floral. “Tengo el convencimiento que durante todo este tiempo Déborah siempre nos ayudó desde arriba; realmente siento que está peleando con nosotros y que es ella la que tiene la clave de todo”, aseveraba a FARO horas antes de la diligencias.

Al filo de las 13 horas, un coche fúnebre condujo los restos mortales de la joven al Hospital Nicolás Peña para su análisis forense.

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La exhumación, la prueba más dura pero también por la que más ha luchado la familia Fernández Cervera, puede marcar el rumbo de la investigación. Hasta podría arrojar datos que llevasen a cerrar definitivamente el caso y encontrar al responsable de la muerte de Déborah. Y esto cuando apenas queda un año para que el caso prescriba.

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Dos claros objetivos dirigirán el análisis: uno será el de buscar la posible presencia de ADN de otra persona bajo las uñas de la víctima a la luz de las técnicas actuales y el otro estudiar de forma concienzuda los huesos por si hay alguna microfractura que se hubiese podido pasar por alto en la primera autopsia y que fuese indicativa de la existencia de violencia.