Manuel era una de esas personas a las que merece la pena conocer. Con vocación de trabajo altruista y siempre dispuesto a ayudar a un amigo, dedicó muchas horas a su trabajo y en los últimos años a su madre recién fallecida a la que atendió hasta su último suspiro; siempre pendiente de su difunta esposa; y de sus tres hijos, Manuel buscaba tiempo para dedicárselo a proyectos colectivos.

Le conocí cuando formaba parte de Aetravi y yo me iniciaba en este mundo del comercio, donde el ha sido uno de mis referentes.

Luego coincidimos en la CEP y más tarde en la constitución de Fecovi, una Federación que promovió porque entendía que el sector debía trabajar unido, marcándose retos de forma conjunta. Manuel ya intuía entonces que sería necesario organizarse, asociarse y tejer un entramado que nos permitiese prepararnos para lo que iba a venir...

Aunque nació en O Saviñao (Lugo) Manuel se sentía vigués de adopción y en esta ciudad ha dejado huella, tanto entre sus compañeros de profesión en el sector de los seguros, para los que era un innegable referente, como para los miles de ciudadanos anónimos que cada 31 de diciembre coincidimos en Plaza América para despedir el año, porque él fue el precursor de esa fiesta. Este año brindaremos, si es posible, por tu memoria, por tu generosidad, altruismo, bondad y calidad humana. D.E.P.

*Gerente de Centro Príncipe