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Cremas y labiales saludables con agua termal y descartes de patatas

Investigadores de la Universidad de Vigo obtienen geles cosméticos que aprovechan el almidón extraído de la pulpa y las propiedades de tres manantiales de agua medicinal

La investigadora Loly Torres Pérez, en el laboratorio de la Facultad de Ciencias. | // FDV

Investigadores del departamento de Ingeniería Química de la UVigo han elaborado geles para manos y barras de labios saludables a partir de descartes de patatas y aguas termales. Los productos cosméticos obtenidos aprovechan las propiedades medicinales de estas últimas como valor añadido para el consumidor y también se benefician de sus propiedades mineralizantes, que mejoran las características reológicas –cremosidad, textura, suavidad, etcétera– del almidón de alta calidad extraído de la pulpa del tubérculo.

“No solo añadimos los beneficios para la salud, sino que al utilizar agua termal en lugar de la convencional podemos modificar las propiedades mecánicas, texturales o viscoelásticas de las matrices gelificadas que obtenemos a partir del almidón y así las hacemos más aptas para el consumidor”, destaca Loly Torres Pérez, investigadora del grupo EQ-2 (Biomasa y Desarrollo Sostenible) de la Facultad de Ciencias del campus de Ourense.

Almacén de patatas en Xinzo de Limia Iñaki Osorio

La experta estudia desde hace años cómo revalorizar los desechos de patatas de Xinzo, dentro de la Indicación Geográfica Protegida, gracias a los fondos INOU de la Diputación de Ourense. Y además del almidón de la pulpa también ha logrado extraer compuestos antioxidantes de la piel del tubérculo.

La elaboración de productos cosméticos es el primer trabajo de aplicación que realiza dentro de esta línea: “Tanto las patatas como las aguas termales son dos productos típicos y muy importantes dentro de la provincia de Ourense. Queríamos desarrollar algún artículo para el cuidado personal y se nos ocurrió unir la capacidad gelificante de los almidones con las aguas medicinales. Fuimos jugando con distintas formulaciones y productos y los geles de manos y las vaselinas para labios fueron los más óptimos”.

Los resultados de este estudio liderado por Loly Torres acaban de publicarse en la revista Food Hydrocolloids, en un artículo que también firman la catedrática Herminia Domínguez, coordinadora del grupo EQ-2, Elena Falqué, del departamento de Química Analítica, y dos investigadores del Instituto Superior de Agronomía de la Universidad de Lisboa.

“Yo hice allí alguna de mis estancias como postdoc y colaboramos desde hace tiempo con ellos. Todo el planteamiento y la investigación se hicieron en Ourense y vino una investigadora de Lisboa para trabajar en la parte experimental”, explica Torres.

Una pareja, en la fuente de As Burgas Iñaki Osorio

Los productos cosméticos se elaboraron a partir de patatas de la variedad agria suministradas por el Inorde (Instituto Ourensano de Desenvolvemento Económico) y de tres fuentes diferentes de agua termal de la provincia.

“Dentro de la Indicación Geográfica Protegida se descarta un número elevado de patatas que no son aptas para comercializar porque no cumplen los requisitos de tamaño o de aspecto. Y estos descartes se utilizan como abono, para fertilizar los terrenos, o como alimento para animales”, detalla Torres sobre el material que llega a su laboratorio.

Aplicaciones para la sociedad

“Quizá lo más bonito es que trabajamos con descartes y muchos residuos que acaban en la basura y de ahí somos capaces de valorizarlos y obtener productos que tienen no solo un interés científico, sino aplicación real en la sociedad. Y que incluso podrían dar lugar a ideas de negocio”, subraya.

Los productores de patatas de Xinzo de Limia siguen con interés estos avances, que además no serán los últimos. El grupo EQ-2 continúa analizando nuevas formulaciones para ampliar el abanico de aplicaciones.

“Yo me centro, sobre todo, en la búsqueda de formulaciones con propiedades reológicas y mecánicas todavía más adecuadas para el consumidor final. Y que se puedan utilizar no solo en productos cosméticos, sino también en el sector alimentario, el farmacológico y el biomédico”, apunta Loly Torres.

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