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El ladrillo ya crece en Vigo a un ritmo superior que antes de la pandemia

Chalé en construcción en la avenida del Aeropuerto. Ricardo Grobas

La pandemia ha supuesto un retroceso para prácticamente todos los sectores económicos. El turismo ha sido uno de los más golpeados, pero no el único. También el de la construcción ha vivido meses críticos, especialmente durante el confinamiento del año pasado, en las que la tramitación de licencias de obra nueva se frenó en seco. Muchos trabajadores tuvieron que irse al ERTE y los estudios de arquitectura estuvieron en niveles mínimos de trabajo. No obstante, en este inicio 2021, el sector está viviendo un momento esperanzador. Porque ya no es que se construya más que antes de la pandemia. Sino que la actividad está siendo mayor que en los meses previos a la llegada del COVID.

Según los datos facilitados por el Colegio Oficial de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Pontevedra (Coatpo), el crecimiento general del sector rondó el 80% respecto a enero, febrero y marzo de 2020, según las cifras de los visados de construcción que han autorizado en los primeros tres meses de este año. Y es que en este 2021 se ha dado licencia para edificar 32 chalés en la ciudad olívica, un 78% más que el año pasado en ese mismo período. Y la tendencia es al alza, porque a falta de conocer los datos de abril, marzo es el mes en el que han comenzado más construcciones.

La edificación de viviendas unifamiliares es la principal actividad del sector en cuanto a obra nueva se refiere si se tiene en cuenta el número de expedientes tramitados por Coatpo. Y hay que recordar que este visado es imprescindible para comenzar la obra, por lo que los datos no pueden ser más concretos. “No cabe duda que las cifras son esperanzadoras y toda la gente que trabajamos en este sector estamos empezando a ver la luz al final del túnel”, afirma el presidente provincial de los aparejadores, Pelayo Eyo Valladares. Zonas como la avenida del Aeropuerto son algunas de las más demandadas para la edificación de estas casas unifamiliares.

La clave del crecimiento en el aumento de la construcción de chalés, precisamente, hay que encontrarla en el confinamiento y en la pandemia. “Porque mucha gente se ha dado cuenta que no quiere vivir en un piso”, explica Eyo Valladares. También señala al creciente interés de los promotores en impulsar nuevas viviendas al detectar que hay una gran demanda y por tanto una oportunidad de negocio. “Y las promociones que hay ahora mismo son muy caras”, reconoce.

Respecto a la construcción de nuevos edificios, hay que señalar que no han variado entre este trimestre y el del año pasado, pero sí lo ha hecho el que los aparejadores llaman Otros, y que abarcan desde la construcción de piscinas hasta muros de cierre. Este aspecto ha aumentado en un 72%.

Atendiendo a la recuperación del sector en el conjunto de la provincia de Pontevedra, aunque también se percibe un crecimiento general en la construcción de viviendas unifamiliares (concretamente el 22%), lo cierto es que ese aumento es considerablemente inferior al que se ha producido en Vigo, que roza el ochenta por ciento. Pero desde el colegio de aparejadores se apunta a que la tendencia general es positiva tanto en la ciudad como en los municipios del entorno y en toda la provincia. Y este aumento en la tramitación de nuevos expedientes ha ayudado a las cuentas del colegio de aparejadores provincial, porque durante el año pasado tuvieron que “apretarse el cinturón” y durante dos meses, durante el confinamiento, no pasaron la cuota a los colegiados. Eso unido a la falta de actividad causó dificultades a la entidad, que empieza a ver esa luz al final del túnel. “Hay que ser optimistas”, defiende Pelayo Eyo.

La recuperación, más rápida en Vigo que en el conjunto de la provincia

La recuperación del sector de la construcción también se refleja en el interés por contratar nuevos profesionales. Por ejemplo, solo en la segunda quincena de abril el colegio oficial de aparejadores de Pontevedra ha gestionado ofertas de trabajo para la contratación de decenas de arquitectos técnicos, tanto para la propia provincia como para el resto de España. Estas ofertas están disponibles en su página web para los colegiados.

El año pasado, con la llegada del estado de alarma y el confinamiento en marzo, el sector sufrió un auténtico frenazo y el parón causó auténticos estragos. Ahora, si la situación sanitaria lo permite, se espera que la construcción en la ciudad olívica vaya a más conforme avance el año y la tendencia ascendente sea constante.

Las nuevas promociones ofrecen casi un millar de pisos en Vigo

El nuevo escenario urbanístico, sumado a la demanda y la escalada de precios –los últimos datos del Gobierno sitúan el m2 de vivienda libre con menos de cinco años en Vigo en 1.868 euros, su mayor valor desde 2011– ha atraído la atención de grupos de inversión y promotores. De Vigo y de fuera de Vigo. A lo largo de los últimos años han apostado por el mercado residencial local grandes firmas con sede en otros puntos de Galicia o el resto del país. En los últimos meses se cuentan cerca de media docena que impulsan varios proyectos. Además de movilizar una inversión millonaria, inyectarán casi un millar de viviendas al mercado.

Uno de los mejores ejemplos lo ofrece Avantespacia, que mantiene activas en la ciudad tres promociones que suman 256 viviendas: Cordelerías Mar, donde se habilitarán unas 155, Tomás Alonso, con 62, y las 39 previstas entre Marqués de Valladares y la calle Colón. En el mapa inmobiliario de Vigo destaca también el fondo Seagull, de Andbank, que ya suma dos “ediciones”.

La recuperación del sector

  • Los chalés, los más demandados

    La pandemia ha animado a mucha gente a la construcción de una casa unifamiliar al ser conscientes de las desventajas de los pisos.

  • Un crecimiento en pleno ascenso

    Las cifras de emisión de nuevos expedientes en marzo son las más altas desde el inicio de año, lo que indica una tendencia al alza.

  • Dos meses de cuotas suspendidas

    En abril y mayo de 2020, el colegio de aparejadores suspendió el cobro de la cuota a sus colegiados ante la falta de actividad.

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