La sombra del COVID se extiende por igual sobre el turismo de todas las ciudades gallegas, pero no en todas es igual de oscura. Los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) dejan una doble lectura positiva en Vigo, al menos si se comparan con los del resto de ciudades de la comunidad. La primera se mide en términos netos. Los hoteles olívicos fueron los que más visitantes acogieron el mes pasado. 10.786 clientes pasaron por las recepciones de la ciudad, ligeramente por encima de los 10.635 de A Coruña y bastante más que los 8.141 de Santiago, donde el efecto Año Santo está quedando diluido por la pandemia. La segunda lectura es un porcentaje: el de evolución entre 2020 y 2021. Entre las urbes gallegas analizadas por el INE, Vigo vuelve a ser la mejor parada. La afluencia de visitantes repuntó en sus hoteles un 8,2% frente al alza del 1,5% de A Coruña y los retrocesos anotados en Santiago, Ourense y Lugo.

Repuntan los viajeros y las pernoctaciones, las noches que contratadas en los hoteles. El mes pasado el INE contabilizó 24.409 en Vigo, por encima de las 20.035 de marzo de 2020, un período marcado ya por la pandemia y durante el que se activó el primer estado de alarma. En ese capítulo los alojamientos de la ciudad son superados sin embargo por los de A Coruña, que sumaron 25.514. La clave de que los negocios herculinos registrasen más noches con menos clientes reside en la duración de sus estancias. Si los visitantes de Vigo se hospedaron en la ciudad una media de 2,26 jornadas, los de A Coruña lo hicieron alrededor de 2,4.

A pesar de las interpretaciones en clave positiva que pueda dejar el último balance del INE, la realidad en los hoteles de Vigo poco o nada se parece a la de hace solo dos años, antes de que el COVID restringiese la movilidad, drenase los aeropuertos y estaciones y asestase un mazazo a la economía. En marzo de 2019 los alojamientos de Vigo rozaban los 26.500 clientes. La tarifa media el mes pasado fue de 51,23 euros, un 7,5% menos que en 2020 y por debajo de A Coruña, donde se cobró 53,68. En Ourense el dato rozó incluso los 57,4.