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La pandemia aumenta las familias... perrunas

Un grupo de vigueses con sus perros. Pablo Hernández

El dicho de que el perro es el mejor amigo del hombre se vuelve más certero que nunca en la urbe viguesa. Y es que en solo un año, el censo gallego que contabiliza a los animales de compañía –Regiac– se incrementó en casi 4.000 ejemplares, alcanzado a día de hoy los 40.868 cánidos. Este registro dependiente de la Consellería de Medio Ambiente identifica a todos los animales que cuentan con microchip.

Y es que desde el 2018, la nueva Ley de protección y bienestar de los animales de compañía en Galicia se califica como infracción grave y puede llegar a multarse entre 501 euros y 5.000 euros. Hasta entonces, se consideraba infracción leve y la sanción iba de 30 a 300 euros. Los dueños de los canes están obligados a identificarlos con la colocación de un este chip y su inclusión el un registro autonómico.

Esta normativa también endurece prácticas abusivas como el maltrato físico, la organización de peleas, el suministro de estimulantes no autorizados, la eutanasia u otros actos que conlleven crueldad para el animal.

Pandemia

Lo cierto es que la pandemia animó a la adopción de estas mascotas. Tras la prohibición durante los meses de confinamiento, con la entrada de Vigo en la fase 1, en mayo de 2020, no solo las terrazas o los negocios volvieron a levantar sus persianas. El refugio de A Madroa también abrió de nuevo sus puertas para recibir a todas aquellas familias que buscan precisamente eso, ampliar su familia, siendo adoptados casi una decena en menos de una semana. Robin, Bruno Catrina y Bora son algunos de los canes de la protectora viguesa que han sido adoptados en este mes.

El amor por los animales seguro está detrás del aumento de las cifras del Regiac pero la obligatoriedad de realizar este registro también suscribe este aumento. Si 2016 se cerraba con 26.856 canes registrados, la cifra subió a los 29.880 un año después, 34.038 en el 2018 y 36.916 a comienzos del año 2020.

Razas peligrosas

Si bien para la gran mayoría de dueños de perros, su única obligación pasa por su registro y otros deberes cívicos (como la recogida de excrementos), para un 5% las responsabilidades se multiplican. Es el caso de los perros potencialmente peligrosos. Sus dueños deben de cumplir una serie de obligaciones cuando los sacan de casa, tales como llevarlos siempre atados y con bozal, disponer de un seguro de responsabilidad civil, obtener licencia, ser mayor de edad, no tener condenas por delitos graves y no adiestrarlos para incrementar su agresividad en peleas. Las razas más comunes son pitbull terrier, american staffordshire terrier, rottweiller, doberman, staffordshire bull terrier, dogo de burdeos o presa canario. En Vigo se contabilizan en la actualidad un total de 2.101 de estos ejemplares.

En la urbe olívica se han habilitado dos parques exclusivamente para perros: uno en calle Coruña y el otro en el Lagares.

Así será el cementerio de mascotas de Vigo.

El nuevo cementerio de mascotas iniciará las obras en breve para abrir a principios de 2022

En cuestión de un año Vigo estrenará una instalación única en Galicia: “Raízes, parque del recuerdo”, el cementerio ecológico de mascotas proyectado por la empresa Raíces Celtas. Tras recibir licencia de la Gerencia de Urbanismo, los planes de la compañía pasan por iniciar las obras en breve –en cuestión de días o semanas, a lo sumo– con el objetivo de que el recinto esté operativo ya a comienzos de 2022. Antes, la empresa deberá rehabilitar y ampliar el edificio que ocupa el solar en el que instalará el negocio, en San Andrés de Comesaña, y crear la cubierta vegetal que abarcará parte de su superficie. A modo de anticipo, la firma tiene ya infografías que muestran el proyecto trazado por el despacho de arquitectura y paisajismo Buo Estudio. Las imágenes muestran cómo será el espacio pasados los años, una vez hayan crecido los árboles que la compañía plantará en el “parque del recuerdo”. La directora de Raízes, Débora Blázquez, explica que se ofrecerán tres servicios a los clientes tras la cremación de sus mascotas y el depositado de las cenizas en urnas biodegradables –la firma ha diseñado un modelo con hueso de aceituna–: dos alternativas de entierro en el cementerio, a los pies de árboles; o la entrega de las cenizas al dueño.

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