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María do Carmo Henríquez: Píldoras latinas de sabiduría jurídica

La catedrática María do Carmo Henríquez.

El presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, defiende en el prólogo del Diccionario del Español Jurídico un uso preciso del lenguaje como “garantía de la más adecuada defensa de los derechos”. Una convicción que la catedrática María do Carmo Henríquez ha defendido en los numerosos estudios que ha realizado en colaboración con reconocidos magistrados. En uno de sus últimos artículos, la experta analiza las máximas jurídicas latinas incluidas en dicha obra, que fue publicada de forma conjunta por la Real Academia Española (RAE) y el CGPJ en 2016.

El trabajo de Henríquez aparece publicado en el último número de la Revista General de Legislación y Jurisprudencia, la más antigua de España y América Latina en esta materia, que está dirigida por el catedrático emérito de la Complutense Carlos Rogel y cuyo consejo de redacción está formado por importantes juristas, magistrados y académicos.

"El lenguaje jurídico es algo muy serio y que precisa no solo de filólogos o lingüistas sino también de especialistas de reconocido prestigio y competencia"

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El Diccionario del Español Jurídico (DEJ) cuenta con más de 1.600 páginas e incluye 489 máximas –principios que expresan de forma breve un concepto o una regla importante– que son de uso en la jurisprudencia del Tribunal Supremo. En los último años, la RAE ha intensificado su labor de estudio y clarificación del lenguaje jurídico. Su director, el académico y jurista Santiago Muñoz, ponía de relieve en su artículo de presentación del DEJ la loable aportación a este objetivo de Eduardo García de Enterría (1923-2013), un de los juristas españoles más destacados del siglo XX.

“Yo también destacó esta contribución específica en mi artículo. Mantuvimos una interesantísima correspondencia y presentó uno de mis libros en Madrid. Siempre me animó a seguir investigando e inculcó en mí, y en los magistrados con los que trabajo, que el lenguaje jurídico es algo muy serio y que precisa no solo de filólogos o lingüistas sino también de especialistas de reconocido prestigio y competencia”, destaca Henríquez.

Las aportaciones sobre este campo de estudio no son muy elevadas y Santiago Muñoz también alude en su presentación al “minucioso” trabajo desarrollado en Historia del Léxico Jurídico, obra publicada por la catedrática y Enrique de No Alonso-Misol en 2010 para la editorial Thomson Reuters.

Portada de la revista internacional.

Portada de la revista internacional.

En consonancia con el esquema del DEJ, el trabajo de la experta constituye un relato de la historia de la RAE, sobre todo, desde la publicación de su primer diccionario (Diccionario de autoridades) entre 1726 y 1739, hasta la actualidad. Y destaca asimismo la preocupación de los juristas por el lenguaje, con mayor énfasis desde el siglo XI. La catedrática recuerda que el académico gallego Andrés González de Barcia , autor de la planta del Diccionario de autoridades, estaba “muy interesado en recoger y registrar las palabras que se utilizaban en el estilo forense”.

Máximas

In claris non fit interpretatio (no hace falta interpretar lo que está claro), in dubio pro reo (en caso de duda, a favor del reo) o in illiquidis non fit mora (no hay mora en sumas ilíquidas) son algunas de las máximas más utilizadas hoy en día por los magistrados e incluidas en el exhaustivo análisis realizado por María do Carmo Henríquez. Aunque algunos se muestren críticos con la pervivencia de lo que consideran un lenguaje arcaico e incomprensible, el propio director de la RAE ha defendido las máximas por su capacidad para condensar en pocas palabras lo que de otra manera ocuparía varios folios.

El principio prior tempore potior iure (primero en el tiempo, preferido en el derecho) está muy relacionado con las hipotecas y, en los tiempos actuales de pandemia, se recurre mucho al rebus sic stantibus (mientras continúen así las cosas) para rescindir contratos. También son muy utilizadas las máximas non bis in idem (no dos veces por lo mismo) o testis unus testis nullus (un testigo solo, testigo nulo).

"Esta obra tiene una proyección lingüística y jurídica, pero no es un diccionario enciclopédico"

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Los juristas romanos más citados como autores en el DEJ son Paulo (siglo II-III d.C.) y Ulpiano (170-223 d.C.), así como el emperador Justiniano (428-565 d.C.). Y hay artículos que constituyen “auténticas enciclopedias reducidas sobre los principales generales del derecho”, destaca Henríquez .

“La RAE y el CGPJ han cumplido su propósito y es de justicia reconocerlo. Es una magna obra elaborada por un equipo de reconocidos expertos jurídicos y lexicográficos”, añade la catedrática, que cuenta con 5 sexenios de investigación.

Entre sus conclusiones también incluye el “porcentaje notable” de variantes o de construcciones abreviadas de las máximas jurídicas porque los magistrados entienden que ya son conocidas.

“Esta obra tiene una proyección lingüística y jurídica, pero no es un diccionario enciclopédico. Sí expone datos sobre la historia de la legislación y la jurisprudencia, que actualiza con las aportaciones de la doctrina científica. Resulta de enorme utilidad para filólogos, lexicógrafos, lingüistas, latinistas, historiadores, estudiantes y estudiosos del derecho y constituye una obra imprescindible para todos los operadores jurídicos”, resume la experta.

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