El hallazgo esta Semana Santa del cadáver de un vecino de Mos (Pontevedra) con un fuerte golpe en la cabeza, en lo que se sospecha que podría ser un homicidio relacionado con el menudeo de drogas, no ha hecho más que confirmar el repunte de crímenes que se ha producido en el área de Vigo, en la zona sur de la provincia de Pontevedra.
Mientras la ciudad olívica lleva ya más de dos años sin ningún delito de sangre (el último se remonta a diciembre de 2018, cuando un vecino de la parroquia de Sárdoma mató a golpes a su padre octogenario), en los municipios del entorno está sucediendo todo lo contrario: pese al descenso generalizado de otro tipo de delitos que trajo consigo la pandemia del coronavirus debido a las restricciones y a la mayor presencia policial en las calles, los homicidios y asesinatos consumados están al alza.
Desde finales del pasado agosto y hasta la actualidad, un período de solo siete meses y medio, hubo seis crímenes en el sur provincial, cuatro de los cuales ya están resueltos y con los presuntos agresores en prisión provisional a la espera de que avance la instrucción judicial y pueda celebrarse el juicio. Soutomaior, Gondomar, Mondariz, Redondela, Porriño y ahora Mos son, por este orden, los municipios donde se han registrado estos casos violentos.
Doble homicidio familiar a tiros en Soutomaior
La tarde del viernes 21 de agosto de 2020 Miguel G.R., de 52 años, mataba supuestamente a tiros a su hermana Genoveva G.R., de 62, y a su sobrina Noelia, de 23. Ocurrió en el exterior de la chabola del presunto asesino, situada en una zona boscosa de Monte Coello, muy cerca del castillo de Soutomaior, en un lugar aislado y sin vecinos cercanos. La causa del doble crimen pudo ser una discusión menor por una escalera que el supuesto homicida había cogido de la casa de su hermana. “Llama a la Policía porque acabo de matar a mi hermana y a mi sobrina”, le espetó el hombre aquel día a un vecino de la localidad al que hizo señas para que parase su vehículo.
La Guardia Civil detuvo a Miguel G.R. y encontró el arma de fuego empleada para matar a las víctimas en el interior de una arqueta de la comunidad de aguas de Lourido que se encontraba situada a unos 50 metros de la vivienda. El titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Redondela decretó el ingreso en prisión provisional del arrestado por la supuesta autoría de dos delitos de asesinato y otro de tenencia ilícita de armas.
Asesinato machista en la comarca del Val Miñor
Soledad R.V., de 59 años y vecina de Mañufe (Gondomar), fue asesinada en el domicilio familiar presuntamente por su marido, Valentín A.B. El agresor, de 64 años, le asestó varias puñaladas cuando ella estaba en el sofá y no podía defenderse. Ocurrió el 2 de diciembre de 2020, un miércoles, y el crimen lo descubrió un taxista que cada día trasladaba a la casa a un hijo de la pareja que, debido a su síndrome de Down y autismo, iba a un centro de educación especial en Vigo.
La víctima mortal dejó constancia de los malos tratos que sufría. Una hermana de la fallecida contó en una concentración de repulsa por el crimen que Soledad había escrito una carta relatando este infierno. Mientras, el supuesto asesino tuvo que ser trasladado el día de los hechos a un hospital ya que se había realizado varios cortes en las muñecas con el mismo cuchillo doméstico con el que presuntamente acabó con la vida de su mujer. Tras permanecer un tiempo ingresado, avanzado ese mes de diciembre la magistrada del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vigo ordenó su encarcelamiento al atribuirle un delito de asesinato.
Crimen a puñaladas en un hostal de Mondariz
El 2020 acabó de forma trágica en el área de Vigo. Y el 2021 también empezó así. El viernes 22 de enero la Guardia Civil hallaba en un hostal de Mondariz el cadáver de José Luis F.F., vecino de la localidad de 44 años, con múltiples heridas de arma blanca en su cuerpo que revelaban un cruel ensañamiento. Desde hacía varios días no se tenían noticias suyas. Todo apunta a que el crimen se produjo en el interior de la habitación del hotel donde residía la víctima y a que el cuerpo fue movido posteriormente a un almacén lóbrego donde se guardan utensilios y que da a un pequeño jardín.
Un vecino de habitación del hostal fue detenido y enviado a la prisión de A Lama por la supuesta autoría de este homicidio. Se trata de Miguel Ángel G.M., que fue localizado por los agentes en el hotel de Vigo donde se ocultaba. La muerte violenta de José Luis, natural de Gargamala y muy querido en Mondariz, causó consternación en el municipio, que organizó una cadena humana al paso del féretro (al no ser posible acudir al entierro a causa del COVID-19) y donde se colocaron carteles y pancartas pidiendo justicia para la víctima.
Una muerte criminal en Chapela vinculada a las drogas
También en enero, el día 30, un sábado, la Policía Nacional hallaba el cadáver de Roberto C.P., de 51 años, en su vivienda de Chapela (Redondela). Una amiga de la víctima dio la alerta. El hombre ya llevaba varios días muerto. La causa del violento fallecimiento fue asfixia por sofocación (le taparon la nariz y la boca). Y tras acabar con su vida, le ataron de manos y pies con cinta de embalar, lo amordazaron con ese mismo material y le cubrieron el rostro con una cazadora.
El caso dio lugar a una compleja investigación. Y semanas después, en marzo, los agentes de la comisaría de Vigo lograban esclarecer este homicidio, procediendo al arresto de Manuel M., conocido como “Matanzas” y vecino de la misma parroquia. El trapicheo de drogas al que se dedicaba la víctima habría desencadenado el crimen: la hipótesis policial es que el presunto agresor, “cliente asiduo” de Roberto, lo habría matado tras sentirse “engañado” al estar convencido de que el fallecido le vendía cocaína “muy adulterada”. El juzgado de Redondela que asumió el caso envió a prisión al detenido.
El misterio del cadáver hallado en un pozo de Porriño
Un crimen descubierto también en este 2020 y que en este caso permanece todavía sin resolverse es el del cadáver en avanzado estado de descomposición hallado en un pozo de agua junto a una vieja nave industrial de O Cerquido, en Porriño. La Guardia Civil se encarga de esta compleja investigación en la que aún no se ha logrado averiguar la identidad del varón que yacía desde hacía tiempo en ese depósito sellado.
Los nuevos dueños de la nave encontraron casualmente el cuerpo el 21 de febrero, domingo. En los bolsillos del pantalón de la víctima había monedas de euro acuñadas en Portugal y los agentes tratan también de seguir la pista de una llave de un coche Renault hallada en el fondo del pozo. Las pesquisas prosiguen para dar respuesta a los interrogantes y tratar de poner nombre y apellidos al fallecido, que no tendría más de 35 años y mide más de 1,70. Junto a la investigación capitaneada por la Benemérita, la Policía de Portugal también revisó casos de personas desaparecidas sin ningún resultado positivo hasta el momento.
Un fallecimiento violento en Mos que ya se investiga como homicidio
Y este mismo Viernes Santo, ya iniciado el mes de abril, se descubría otra muerte violenta, en este caso en Mos. La investigación a cargo de la Guardia Civil está en sus inicios y, junto a las pesquisas de estos agentes, resultará clave lo que arroje la autopsia sobre la causa del fallecimiento y el tiempo que podría llevar muerta la víctima, que estaba en un avanzado estado de descomposición.
El cadáver de José Luis V.M., de 55 años, fue hallado este viernes por su hermana en su domicilio del barrio de Piñeiro. Tenía un fuerte golpe en la cabeza. Los investigadores trabajan ya sobre la hipótesis de que fue un homicidio que podría tener su origen en la actividad del menudeo de drogas con la que se relaciona al fallecido. Los vecinos muestran su sorpresa por lo ocurrido, relatando que la víctima llevaba viviendo “toda la vida” en la zona y “sobrevivía gracias a las ayudas sociales”.
