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¿Cómo funciona un veloláser?

Captan velocidades de hasta 250 kilómetros por hora a una distancia de 15 a 40 metros

Un Velolaser colocado en una autovía. //FDV

El denominado veloláser que ya circula por Vigo- es un aparato versátil que puede instalarse en cualquiera de los vehículos policiales, en un trípode o acoplados de forma magnética y ocultos en los guardarraíles. Al funcionar de forma "inalámbrica" no necesita suministro eléctrico para alimentar su batería como ocurre con los convencionales. En las motos de la Guardia Civil se puede transportar a cualquiera de los tramos controlados por los cinemómetros móviles debido a su elevada accidentalidad por exceso de velocidad. Una de las ventajas que ofrece -explican- es que puede instalarse en vías poco accesibles en las que no se pueden colocar los coches camuflados. Destaca "su versatilidad, operatividad, capacidad de movilidad, fácil manejo y gran efectividad".

Los nuevos radares captan velocidades de hasta 250 kilómetros por hora a una distancia de 15 a 40 metros y en los dos carriles en ambos sentidos de la circulación. No es necesario que el agente esté físicamente en el mismo lugar que el dispositivo porque pueden controlarse de forma telemática desde una tableta, un smartphone u ordenadores portátiles con acceso a conexión Wi-Fi o a redes de datos 3G y 4G. De hecho, cuando el veloláser detecta la infracción como la grabación se hace "en tiempo real", los agentes reciben la comunicación de forma automática y "pueden sancionar o no al conductor en el momento". La posibilidad de detenerlo de inmediato evita que el infractor identifique a otra persona para no perder puntos del carné. Y también complica la comunicación entre conductores a través de aplicaciones móviles porque "cuando se avisa el veloláser al ser tan fácil de desmontar y transportar ya no tiene por que estar en ese lugar".

Los nuevos radares láser tampoco pueden detectarse con los inhibidores ilegales que llevan algunos automovilistas. Así, se busca que el conductor no pise de más el acelerador y "tenga la sensación de que en cualquier lugar puede haber un cinemómetro". "Lo importante es que la gente viaje segura porque no son iguales las consecuencias de un accidente de tráfico si se circula a 180 km/h que respetando los límites de la vía", destacan desde Tráfico. "No es un mecanismo recaudatorio porque la multa es lo de menos. El problema son las consecuencias de un accidente grave con heridos y fallecidos. No compensa correr y se adelanta poco", añaden.

El software del dispositivo permite distinguir -explican- entre vehículos ligeros y pesados y determina si la velocidad detectada es inadecuada en función del límite para cada uno. Hasta ahora los vehículos en el sector de transporte se libraban de la sanción a pesar de circular a más de la permitida para ellos porque la velocidad de disparo del radar era la aplicada a todos los vehículos, salvo en algunos que detectan su tamaño y la matrícula.

Velocidad, alcohol y drogas

Además de la velocidad, la circulación bajo los efectos del alcohol y las drogas son otros de las factores que más inciden en la accidentalidad en la red viaria gallega. Por eso, las motos de la DGT están adaptadas para trasladar los veloláser y un kit con detectores portátiles para hacer pruebas de alcohol y drogas. De esta forma, se pueden hacer varios controles a la vez en diferentes vías o en la misma porque mientras el veloláser vigila la velocidad el agente puede estar realizando pruebas de alcoholemia y narcotest al tiempo que recibe la información sobre las infracciones de exceso de velocidad. Así una sola patrulla realiza "una vigilancia integral".

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