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¿Qué opinan los bañistas de usar mascarilla para tomar el sol?

Bañistas, ayer, en la playa de Samil. Alba Villar

Incómodo, horrible, sinsentido, inaguantable, innecesario, ilógico... Son algunas de las palabras que escogieron ayer bañistas de Samil para expresar su opinión sobre la medida publicada el martes en el Boletín Oficial del Estado (BOE) que obliga a llevar la mascarilla puesta en cualquier espacio público, sin importar la distancia a la que se encuentre el resto de personas: es decir, hay que ponérsela también mientras estamos tumbados en la arena tomando el sol, algo que no se exigió el verano pasado y que la Xunta no contempla. De hecho, mientras no se aclare qué norma de las dos impera, prevalecerá la autonómica: en los arenales, solo habrá que colocarse el cubrebocas al pasear por la orilla o caminar por zonas concurridas.

Y es que la noticia que recoge el BOE generó una tormenta de críticas no solo desde la parte ciudadana y de las autonomías, también de los científicos, como José Luis Jiménez, catedrático de Química de la Universidad de Colorado (EE UU) y autoridad mundial en aerosoles, o la médica Mónica Lalanda y el biólogo Roberto Hernán, que tildan la norma de “contraproducente” porque hace “bajar la guardia y descuidar su uso en interiores”.

Los bañistas de las playas viguesas opinan lo mismo. Denis Domínguez, que llegaba al arenal de Samil minutos antes de las 17.00 horas junto a su familia, aseguraba que la norma publicada en el BOE “no se va a cumplir”. “Me parece fatal, no se va a aguantar con ella cuando llegue el verano, es muy molesto llevar mascarilla cuando hace tanto calor”, destacaba antes de señalar que cree que, finalmente, las autoridades darán marcha atrás: “Pienso que alcanzarán un acuerdo”.

Idéntica respuesta ofrecía su mujer, Ana Rivera: “Es muy incómoda la mascarilla, ya está costando bastante ahora, que estamos por debajo de los 30 grados, imagínate en verano. La pondremos, pero no sé si aguantaremos. Si el año pasado no era obligatoria, espero que tampoco lo sea este, a no ser que la situación esté muy mal. Además, será muy complicado controlarlo. La gente no hará caso, ya se ve hoy, muy poca gente la lleva”, destacaba.

Carla Sánchez, con su familia, opinaba lo mismo: “La norma es un sinsentido. Si estoy sola tomando el sol, por qué tengo que ponerme mascarilla. Sé que la gente no va a cumplir, si echas un vistazo alrededor, ves que la gente no la lleva puesta. No me veo en verano con mascarilla en la playa. Mientras estemos al aire libre, no creo que corramos peligro. Defiendo que sea como el año pasado: que la uses si te mueves al baño, al entrar, al salir o si vas a pasear”, explicaba.

Alberto Rodríguez hacía la misma reflexión: “No veo necesario que haya que ponerse mascarilla si hay distancia de seguridad. Es incómoda. Puede que sí al dar paseos, pero no cuando estamos tumbados. Habrá gente que cumpla y otra que no, pero creo que será obligatorio y no darán marcha atrás”. A su lado, estaba Elena González, quien manifestaba que, si se repite el sistema de parcelas, no hay por qué ponerse cubrebocas. “Los bañistas no se la van a poner. Ya se está viendo hoy”, anotaba. Cerca de estos dos jóvenes, tomaba el sol Miguel Venancio. Su opinión era idéntica: “Si hay distancia, no es necesaria. Si vas al baño o al chiringuito, sí. De todos modos, pienso que la gente no se la va a poner”.

Ana Isabel Dosantos también mostraba un rechazo total a la norma: “Es superagobiante llevar mascarilla cuando hace calor y estás quieto; lo del año pasado tiene mucho más sentido. Espero que den macha atrás, si no, mucha gente no vendrá, preferirá quedarse en casa”. Su marido, Samir Álvarez, se mostraba en la misma línea: “Si uno toma el sol al aire libre con distancia, es ilógico; todavía menos sentido tiene si estás con convivientes. Creo que tumbarán la norma, la gente no va a cumplirla, se está viendo aquí hoy”.

Ante el revuelo que se ha formado, Sanidad y las comunidades autónomas han acordado revisar “técnicamente” la normativa con el fin de aprobar unos “criterios de aplicación homogéneos, armonizados y actualizados”, según explicó ayer la ministra Carolina Darias tras la reunión del Consejo Interterritorial de Salud.

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