Yo me atrevo a pensar que los lectores, de libros o de prensa, son una casta superior de resistentes que goza de ese placer de la inteligencia, la del lenguaje verbal, la del discurso, la de los que apelan a la razón, en medio de las víctimas de una sociedad teledirigida, de súbditos del relato, las emociones y el pensamiento primario, colonizada por la omnipresencia televisiva. Hoy traemos aquí al escultor vigués Julio César Flores porque en su prolífica obra no faltan homenajes al lector de prensa que le pedimos que recopilara para nosotros: el abuelo ante los nietos, el marido ante una bronca de la mujer, el que lee mientras le limpian los zapatos, el que lo hace en la peluquería… ¡Vivan los lectores!
Se fue Sobrino Manzanares
Todavía no está escrita la historia, bien condensada y narrada, de aquel Vigo pujante que empezó a cimentarse en los años 50, 60 y 70, con nombres cuya mayor parte han ido desapareciendo entre los cuales estaba uno que falleció el pasado lunes ya nonagenario: José Manuel Sobrino Manzanares, un hombre que, siendo protagonista como ejecutivo en el crecimiento industrial pesquero de Vigo, huyó de toda notoriedad. Sobrino fue gerente del Polo de Desarrollo de Vigo entre 1964 y 1968 pero poco después fue fichado como gerente de Casa Mar en Vigo, el mayor emporio de pesca de España, en el que fue testigo activo de su crecimiento y su conflictiva defunción, creado por Javier Sensat y Carlos Gómez (hay quien dice que Gaspar Massó) con la aquiescencia participativa de otros grandes nombres de aquel Vigo en expansión como Casimiro Durán, Alfageme, Massó, Joaquín Davila, Ángel Gándara, Eugenio Fadrique... Pero Sobrino Manzanares fue también presidente de ASPE (preguntad a Alfonso Paz Andrade o a Jacobo Fontán), la asociación que reunía a nuestras grandes empresas de la pesca como Casa Mar, Pescanova, Puerta Prado, Oya... núcleo medular que consiguió algo tan radicalmente importante para el mundo pesquero vigués y de paso español como las licencias de pesca para las Malvinas. En todo este mundo y otros colaterales estuvo Sobrino Manzanares, del que el exconselleiro Javier Guerra dijo una vez que pensó en hacerse economista tras oírle en una charla en el colegio Montecastelo. Amigo de la infancia de Fefé Fernández Tapias y en medio de todos los grandes que hicieron el gran Vigo, se nos fue uno de los últimos nombres de la era fantástica de esta ciudad.
Y los premios Relatos na Rúa
Y si hay quienes en el pasado hicieron el gran Vigo desde la pesca, en el presente hay quienes pelean por dinamizarlo desde el mundo editorial como Javier Romero y su editorial Elvira (¡Oh Dios mío, aún no le mandé el prólogo sobre el ya próximo libro de cuentos de la mar de Fernando do Monte!). La editorial Elvira tiene en su haber libros de lujo como el dedicado a Carlos Oroza y premios bien concebidos como el de Relatos na Rúa, de cuya séptima edición se entregaron hace unos días en una discreta gala por causa de la pandemia, con la presencia del alcalde Caballero, la presentación de Jacobo Buceta y la actuación virtual de Wachu Pérez Martínez y Vanesa Lea Otero. Ya se dijo que Miguel Cuervo Pérez fue el ganador.