La Reconquista es la fiesta de la rebelión, de la batalla desigual y la victoria contra pronóstico. No es de extrañar, precisamente por esa raíz, que ayer –a pesar de todas las restricciones obligadas por el COVID– su espíritu empapase las calles del Casco Vello. No hubo representación. Ni puestos. Ni desde luego las riadas de gente que suelen tomar el barrio el día de la celebración, pero por el casco histórico se vieron igualmente vecinos vestidos de vigueses de principios del XIX y soldados de Napoleón, incluso un destacamento francés con tambores y personas que se caracterizaron como los mismísimos Cachamuíña, Chalot, Almeida o Carolo. A pesar del sol y de que los termómetros invitaban a pasar el día en la playa, en el Casco Vello hubo terrazas y bares que cubrieron también los aforos marcados por la pandemia.

“El año pasado no se pudo celebrar la fiesta; pero este, aunque no podamos hacer tampoco la representación, había que salir para que la gente no la olvide”, reivindica Fernando Moreiras trajeado con las ropa de gala, el sombrero y la banda de Cachamuíña. En la boca, al igual que otros compañeros: una mascarilla con la “R” de la Reconquista. Por las calles –anota Moreiras– ayer se encontraban incluso con gente que no recordaba que era el día de la gesta contra los franceses.

“Hay que recordar que es una fecha significativa. No podemos dejar que pasen dos años”, concuerda Juan Pablo Pérez, de paseo por O Berbés ataviado con el uniforme del oficial portugués Almeida. El objetivo de salir a la calle caracterizados, aun sin representación histórica –anota Moreiras– es contribuir con “un chute de moral” y arrancar “caras de ilusión” a la gente.

Por el entorno del Berbés paseaban también Pedro, Vanesa, Ana y Carolina trajeados como paisanos vigueses de principios del XIX. “La gente se para, nos mira... En condiciones normales” –reconocen– “llevaríamos desde ayer de celebración y meses trabajando”.

8

Reconquista 2021 | Vigo dispuesta a reconquistarle la libertad al COVID. Pablo Hernández

Rami Couto y Alejandro López se suman a las decenas y decenas de vigueses que ayer no renunciaron a engalanarse con trajes de época para celebrar la Reconquista. Su casa está en García Barbón y desde hace años son incondicionales de la fiesta. En 2020 se quedaron con las ganas de celebrar la gesta de 1809; ayer no. El virus no consiguió reprimir su amor por la celebración y a primera hora de la tarde se paseaban por Praza da Constitución vestidos de paisanos: “Hay que darle alegría al día”.

Sin la Borriquita

La representación de la Reconquista no es la única cita que ayer se vio marcada por el COVID. Las restricciones obligaron a anular también por segundo año consecutivo la procesión de la Borriquita. Sí se han organizado exposiciones de pasos de Semana Santa y se bendijeron ramos. La celebración de la iglesia de María Auxiliadora la presidió el obispo, Luis Quinteiro.

El obispo, Luis Quinteiro, en la iglesia de María Auxiliadora. Pablo Hernández

Caballero: “212 años después hay una nueva batalla: ganarle el pulso al virus ”


Por segundo año consecutivo el COVID ha dejado a Vigo sin la representación de la Reconquista. La pandemia no ha podido en esta ocasión, sin embargo, con otra de las citas más emotivas con la que la ciudad homenajea la gesta de 1809: la ofrenda floral en Praza da Independencia. Durante el acto, flanqueado por el pregonero de esta edición, Francisco Puga; el subdelegado de Defensa, Miguel Constantino Cortés; la presidenta de la Diputación, Carmela Silva; y varios concejales de la ciudad, el alcalde, Abel Caballero, abogó por la “unidad” y el espíritu de 1809 para plantar cara al COVID: “212 años después, vuelve a haber una nueva batalla en la ciudad: ganar el pulso al virus. Una gran batalla que tenemos que dar todos juntos en nuestra propia Reconquista, la de nuestra libertad contra el coronavirus”.