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Mira Vigo

Bajo el puente de Rande

Fernando Franco

Bajo el puente de Rande

El mar, que parece que quiere replegarse dejando al descubierto sus intimidades cuando las mareas vivas. ¿Asomarán alguna vez los restos de un tesoro de la batalla que hubimos contra los pérfidos angloneerlandeses en 1702 y que tantas pérdidas nos supuso? ¿Acaso no localizó Julio Verne eaquí la fuente de aprovisionamiento de oro del Nautilus en sus “20.000 leguas de viaje submarino”? Eso pensaba Germán Cruces , que hizo la foto y debe seguir allí buscando oro.

Enrique Evans el de “la Lola”

Dimos fotografía hace unos días de la hermosa galería que quedó al descubierto en García Olloqui, 3, al derribar ese edificio de Jenaro de la Fuente y dejar al descubierto la parte trasera de otro al que se accede por Carral. “¿Qué historias de vigueses encerraran esas galerías ocultas?”, acabamos preguntándonos entonces. ¡Y las había! Por medio de Carlo di Cesare, de la colindante heladería Capri, conocimos a una de las habitantes del edificio de Carral de tan bellas galerías: María Jesús García Álvarez, maestra apasionada que fue en Las Acacias. Por ella supimos que Enrique Álvarez Evans, un inglés de Liverpool fallecido en 1948, fue quien construyó el edificio de García Olloqui con proyecto inicial de Jenaro de la Fuente, en cuyos bajos tenía su taller náutico. Enrique era hijo de Francisco Álvarez Prieto, que emigró a Inglaterra, y la inglesa Mary Ann Evans, muertos en accidente, y acabó volviendo al Vigo que conocía de niño en vacaciones; aquí le adoptaron sus tíos y aquí hizo su vida, conocido como Enrique el de los ingleses. Muy aficionado a la construcción de barcos en escala, con su lancha, “la Lola”, actuaba como práctico para la Mala Real inglesa de los Durán, remolcando a trasatlánticos para su atraque en Vigo y trasladando sus pasajeros a puerto. ¡Desvelamos la historia tras esa galería!

Una experiencia salmantina

Tengo pendiente en breves días comer una lamprea con Miro Carballo y Luis Méndez en su Pata Negra, ahí por la Avda. de la Hispanidad, como tengo cita con Luisi Motta y algunas de sus Madres Latinas, no sé si cocina peruana o de otro país. Pero hoy quiero contaros mi experiencia en Salamanca este fin de semana, que vale para los muchos padres vigueses con hijos en esa Universidad. En el Pirri (Cuesta del Carmen) probé unas fenomenales pochas al pil pil que por encargo nos hizo la magna cocinera, Nieves Araújo, esposa a la sazón del “padre padrone” de la casa, José del Río “el Pirri”, nacido en La Almendra, hostelero desde antes de nacer, el mejor coctelero que ha tenido Salamanca según opiniones. Conocía las pochas con almejas, con chipirones, a la riojana, con bacalao o codornices... pero nunca al pil pil sin más, ni en Vigo ni en Salamanca, aunque sí con cocochas al pil pil. Allí me fui el sábado con Agustín Ledesma, que fue brillante delegado de la ONCE en Vigo, y en dos mesas y acompañados por Román Gutiérrez, versado barman de la casa, nos situamos con las distinguidas señoritas (como se decía antes) Charo González (sí, la de “La Flor del Tiempo”, también diestra cocinera), Merce Vicente y las Castilla Sisters, la galena Julia y Lourdes (que tuvo en Vigo La Despensa de Castilla, hoy en auge). En la barra, esos guisos de casquería en los que Nieves no tiene rival, esas gildas (la “matrimonio”, la “divorciados”...), esos rebozados de calamar, bacalao... esa chanfaina, la mejor de Salamanca, dicen. ¡Qué placer, amigos!

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