Este próximo 2 de abril se cumplirán 17 años de uno de los crímenes que permanecen sin resolver en Vigo: el de Manuel Salgado Fernández, el vigués de 56 años asesinado de un disparo en la cabeza en un garaje de la calle Rosalía de Castro en 2004. Pues familiares de la víctima, concretamente su hermana y sus sobrinos, han retomado su lucha para lograr la reapertura del caso. Y, con este fin y tras contratar los servicios de un despacho de abogados, solicitan la colaboración ciudadana para que cualquier persona que tenga algún dato de interés se dirija a la Policía o al correo electrónico hola@manuelsalgadofernandez.com por si la información puede ayudar a arrojar luz.

“Manuel Salgado Fernández apareció muerto el 2 de abril de 2004 en un garaje de la calle Rosalía de Castro. Había recibido un tiro en la cabeza que le causó la muerte instantánea. Era copropietario del Colegio Lar sito en Mos”, arranca el comunicado remitido por el bufete vigués que representa a la hermana de la víctima. Instruido por el Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo, en 2006 la Audiencia Provincial de Pontevedra archivó provisionalmente la causa, “sin que hasta el momento se hayan llevado a cabo actuaciones a fin de conseguir la reapertura”.

“Es por ello por lo que su hermana está llevando a cabo actuaciones ante la Policía e instituciones para conseguir la reapertura”, motivo por el que demandan la colaboración ciudadana. La causa, en caso de calificarse como asesinato, prescribiría en 2026. “Esperando que la exesposa y los hijos de Manuel Salgado se sumen a esta iniciativa, a fin de poder hacer Justicia y que se pueda determinar qué persona o personas acabaron con la vida de Manuel, o qué persona o personas colaboraron o cooperaron en su asesinato”, se concluye en el citado comunicado.

Una de las sospechas más firmes que hubo en relación a este caso es que la muerte –por la que llegaron a ser detenidos la exesposa y el entonces compañero sentimental de la mujer aunque después se les exculpó al presentar una coartada sólida–, podría tratarse de un crimen por encargo.

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