Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Trabajar, otra forma de defender el 8M

Trabajar, otra forma de defender el 8M

Desde el encerado de un aula, el mostrador de una farmacia, en pleno control de un paciente o vigilando a los transeúntes en un centro comercial. No hay trabajo u oficio que escape a la validez o elección de una mujer. Pero no siempre el trato es el deseado. “Aprendes a convivir con ciertos comentarios, aunque en estos momentos, en esta época, deberían de estar erradicados”, comenta una agente de seguridad de un recinto comercial de la ciudad. Ella, como otras tantas mujeres acudieron ayer a sus puestos de trabajo en detrimento de acogerse a la huelga precisamente por eso, por visibilizar el papel y el rigor laboral de las mujeres. “Para mí, ejerciendo mi profesión cada día es como mejor puedo defender mi derecho a mi puesto de trabajo”, clama Beatriz Peira, una farmacéutica de vocación que aprecia el aumento de personal femenino en este campo.

Viguesas reivindican desde sus puestos laborales la lucha por la igualdad

 “¿Puedo hablar con el chico?”.

Este es un comentario que la farmacéutica Beatriz Pereira escucha con asiduidad por parte de clientes, en su mayoría hombres. “Algunos no quieren que les atienda; que venir con pantalones rotos no es normal; que las mujeres no deben vestir así”, lamenta.

Beatriz Pereira, farmacéutica

Su opinión es compartida también a Sabela García, una pescantina del Mercado de O Calvario, encantada con su puesto y con el trato que recibe en él. “Hay que sacar el trabajo y el negocio adelante, yo reivindico a la mujer así, acudiendo a mi puesto y haciéndolo lo mejor posible”, aplaude García, desde su puesto en el establecimiento local.

Ensalzar a la mujer trabajadora.

La pescantina Sabela García acudió, como cada día, a su puesto en el Mercado de O Calvario precisamente por eso, por reivindicar su fortaleza laboral. “Soy mujer y soy trabajadora; sacamos el negocio adelante y el ambiente aquí no puede ser mejor”, aplaude.

Sabela García, pescantina

“Estamos con los camiones o a pie de calle como ellos; la igualdad es posible”

Montse Domínguez - Trabajadora FCC

decoration

A pocos metros de él se afana en su labor Montse Domínguez, trabajadora en la concesionaria de la limpieza en la ciudad, quien afirma rotundamente que la igualdad “es posible”. “Nosotras conducimos los camiones como ellos, estamos con el carro a pie de calle como ellos; tenemos un salario idéntico... Si se quiere, la igualdad laboral sí es posible”, comenta esta joven.

“No consentiría tener que demostrar un extra en mi trabajo por ser mujer”

Agente de seguridad - 14 años en el C.C. Travesía

decoration

Con más o menos lucha, en otras profesiones también se ha logrado esta equiparación, pero sus representantes tienen claro que no puede darse un paso atrás. “A día de hoy no consentiría que me exigieran un extra o que tuviera que demostrar más que un hombre en mi trabajo por ser mujer. Algunos clientes se extrañan de que trabaje como vigilante de seguridad pero lo que habla de verdad son los hechos y en estos somos igual de válidos”, destaca la agente, quien por motivos laborales, no ha podido dar su nombre pero sí aclara que lleva 14 años vigilando los accesos al Centro Comercial Travesía de Vigo.

Los oficios relacionados con las fuerzas y cuerpos de seguridad siempre han tenido como seña este estigma de género. Poco a poco se diluye, pero sigue siendo insuficiente. “Me gustaría que hubiese más mujeres en la Policía Local, en la Policía Nacional, en la Guardia Civil... No hay más problemas ni más obstáculos, por eso me gustaría animar a las mujeres a que se decantasen por esta profesión”, valora Celina Agahwa, agente municipal que ayer se encontraba de guardia en las dependencias policiales de Praza do Rei.

Con más de dos décadas de servicios a sus espaldas, reconoce que aún hay ciudadanos que se “sorprenden” al verla junto a su compañera de patrulla. “A mí sí que me sorprende su sorpresa. Nos ven como más indefensas y todo lo contrario. Somos exactamente igual de válidas y resolutivas que las patrullas formadas por hombres. No todo en la Policía es la fuerza física; nosotros hemos llegado a resolver verbalmente situaciones que de otra manera se hubiesen complicado. La empatía también es muy importante”, explica Agahwa, mientras atiende las diversas avisos que entran en la sala operativa el 092.

En primera línea en la lucha contra el COVID y en ocasiones también contra el machismo. Eva Prado es una de las múltiples enfermeras que se han encontrado con descalificaciones por parte de pacientes, especialmente hombres, por su atención. “La profesión sigue muy sexualizada, seguimos aguantando comentarios machistas cada día por parte de pacientes hombres”, lamenta esta profesional sanitaria. Comentarios parejos recibe también con más asiduidad de la que quisiera la farmacéutica Pereira. “Hay señores que directamente no quieren que los atiendas, me preguntan por el chico. También me tienen hecho comentarios como ‘venir a trabajar con pantalones rotos, qué vergüenza antes las mujeres o no venían así...’”, esgrime esta trabajadora.

Machismo entre pacientes. 

La enfermera Eva Prado trabaja a diario en la UCI del Chuvi y su dedicación no siempre es respondida como debería, o al menos no por una parte de la sociedad. “Aguantamos comentarios machistas cada día por parte de pacientes hombres”, desgrana.

Eva Prado, enfermera

Por todo ello, un aspecto fundamental para poner freno a estos comportamiento es la educación. De ello se encarga la profesora Malores Villanueva, quien ayer en lugar de acogerse a la huelga optó por enseñar a su alumnado el fundamental papel de las mujeres en la sociedad. “Decidimos conmemorar a la mujer repasando la trayectoria de notables figuras de la literatura como Rosalía de Castro, Xela Arias, el papel de las hermanas Bronte, cómo antes no tenían presencial en el espacio público o representación en el ámbito escrito. Mi sensación es que el alumnado es muy consciente de toda esta situación. Todos tienen madres, hermanas, tías... saben lo que es la desigualdad y no lo quieren para ellas”, concluye.

Malores Villanueva

Educar desde el feminismo.

La profesora Malores Villanueva optó, a consecuencia de la pandemia, por cambiar la huelga por la visibilización del papel de la mujer, especialmente en la literatura, entre el alumnado de su instituto. “Los chicos tienen madre, hermanas... lo tienen interiorizado”, afirma.

Compartir el artículo

stats