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Vuelta a la vieja "nueva normalidad" en Peinador y la estación de Guixar

Pasajeros del vuelo Barcelona-Vigo, de Vueling, ayer por la tarde, en Peinador. | // ALBA VILLAR

Vuelta a la vieja “nueva normalidad” en el transporte. Aunque Vigo está lejos todavía de disfrutar de la parrilla de servicios que manejaba hace un año, antes de que el COVID diezmase las comunicaciones públicas por tierra, mar y aire, la ciudad recuperó ayer dos servicios que había perdido en las últimas semanas: el corredor ferroviario con Ourense y la ruta aérea con Barcelona. El primero debido a la antigüedad en la infraestructura de la Línea del Miño. La segunda, por la decisión de Vueling de cancelarlo ante la caída de la demanda y las restricciones a la hora de moverse de un punto a otro del país.

De los dos, el servicio que más tiempo llevaba ausente de Vigo es el vuelo con El Prat. Vueling decidió suspenderlo desde el 11 de enero, en plena tercera ola del COVID-19, arrastrado por los cierres perimetrales y el desplome del pasaje. Ya entonces la compañía informaba en su web que la conexión no se retomaría hasta entrado el invierno, en marzo. Tras más de un mes y medio sin pisar su pista, ayer aterrizaba en Peinador el primer avión de la compañía. Lo hizo pasadas las ocho de la tarde para partir poco después de regreso a la Ciudad Condal.

Aunque el regreso de Vueling devuelve a Peinador una de sus conexiones históricas y cruciales, tanto por arraigo como por volumen de pasajeros –tradicionalmente es la segunda que más viajeros mueve, solo por detrás de la de Madrid–, su servicio sigue estando muy lejos del que disfrutaba Vigo hace un año. Vueling retoma la ruta con una única frecuencia semanal hasta la tercera semana del mes, cuando empezará a ampliar su presencia en Vigo de forma progresiva. Resultado: de cumplirse la programación que la aerolínea tiene colgada en su web oficial, en marzo Vueling solo operará siete vuelos de ida y otros tantos de vuelta. La frecuencia se amplía en abril. El servicio diario deberá esperar algo más: no se recuperará hasta mayo.

Pasajeros del vuelo Barcelona-Vigo, ayer, en Peinador. Alba Villar

El vuelo de Vueling reforzará en cualquier caso la parca parrilla de Peinador, que a día de hoy ofrece únicamente conexiones con Madrid –con Iberia y Air Europa– y vuelos insulares con Binter. Air Nostrum no ha concretado aún cuándo aterrizará en Vigo. En junio anunció su decisión de suspender operativa en Peinador por el escenario generado por el COVID. La compañía tenía previsto cubrir ese verano ocho rutas, parte de ellas con respaldo financiero del Concello. Meses después reconocía que no se planteaba regresar en lo que restaba de 2020. Desde entonces no ha aportado más datos.

El otro servicio que ayer recuperó Vigo es el de la Línea del Miño, el corredor ferroviario que enlaza Vigo con Ourense. Su importancia va mucho más allá de ser el pasillo que enlaza con la ciudad de las Burgas: es también un recorrido obligatorio para todos los convoyes directos que comunican –en un sentido u otro– con las estaciones de Madrid, Cataluña y Euskadi.

A principios de la segunda semana de febrero un hundimiento de tierra en Frieira, en Crecente, obligó a Adif a intervenir en la infraestructura. Según detallaba poco después se había producido el “agrietamiento de un antiguo muro de mampostería” cerca de la estación de Frieira, en la misma zona en la que se había registrado un desprendimiento en diciembre.

Para mantener el tráfico Renfe tuvo que habilitar un plan de transporte alternativo. Al registrarse el problema en una línea clave para las comunicaciones ferroviarias de Galicia terminaron afectados dos de los servicios de Larga Distancia más importantes: el Alvia con Madrid y el de Barcelona. En el primer caso los pasajeros de Vigo tuvieron que hacer un desvío por Santiago; en el segundo, se recurrió al transporte por carretera, en bus, para cubrir el trecho entre Vigo y Ourense. El plan se mantuvo hasta ayer.

Al igual que ocurre en Peinador, el restablecimiento de la línea del Miño no significa que el tráfico ferroviario recupere la normalidad. Más bien regresa a la “nueva normalidad” implantada en las estación de Guixar a raíz de la pandemia: un único Alvia diurno con Madrid, la mitad que antes de la crisis sanitaria; y la suspensión de los Trenes Hotel con Chamartín y Sants y la del tren Celta que –hasta las últimas restricciones a la movilidad entre España y Portugal– enlazaba a diario las terminales de Vigo-Guixar y Campanha, en Oporto.

El reestablecimiento del servicio en la línea del Miño –sin incidencias– no suprime en cualquier caso la opción del desvío por Santiago: Renfe sigue ofertando una parte significativa de las frecuencias disponibles con Madrid u Ourense con servicios que transbordan en Compostela, lo que complementa la parrilla de trenes directos.

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