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El ingeniero que pondrá la bandera de Vigo en la Luna

El ingeniero vigués Fernando Aguado

La Universidad de Vigo mira al cielo nocturno. Se inspira en las estrellas y en la Luna en busca de nuevos proyectos, tal y como hiciera en anteriores ocasiones con el envío de satélites al espacio. En esta ocasión, lo hace de la mano de RoboCrane, un consorcio integrado por la Agrupación Aeroespacial de la Universidad de Vigo, la Universidad de Oviedo y Alén Space (una spin-off de la institución viguesa). Este proyecto fue elegido por la Agencia Espacial Europea (ESA) para participar en una misión que busca explorar las cuevas lunares. Actualmente se encuentra, junto a otro trabajo de la Universidad alemana de Würzburg, en la fase de viabilidad; es decir, comprobar si los parámetros del proyecto pueden ponerse en marcha en la superficie lunar. Al frente de este grupo se encuentra su responsable, el ingeniero vigués Fernando Aguado.

–Se trata de un proyecto en el que han competido con otras iniciativas, ¿qué procura la Agencia Espacial?

–Sí, es un proyecto que se ganó de forma competitiva para realizar un estudio de viabilidad de lo que es una grúa y el sistema de comunicaciones asociados para incluirlos en un rover que facilite la exploración de cuevas en la zona ecuatorial de la luna. La Agencia Espacial Europea está evaluando las condiciones en estas grutas y para acceder a ellas es necesario no solo llegar a la luna, no solo tener un rover, sino ser capaz de bajarlos al suelo de la cueva y que ahí realicen la exploración, que se puedan recargar y transmitir comunicaciones para que los datos que puedan llegar a la Tierra.

–¿El objetivo último pasa por determinar la posibilidad de un posible asentamiento?

–Este tipo de emplazamientos podrían ser interesantes para tener un asentamiento permanente en la luna porque tienen una temperatura uniforme y al estar protegidos por la superficie que existe también tiene protección frente a la radiación.

Cuevas lunares tan extensas como la ciudad de Vigo

Cuevas lunares tan extensas como la ciudad de Vigo Agencia Espacial Europea (ESA)

–¿Se han dirigido ya estudios o proyectos para analizar estas cuevas lunares?

–Yo creo que no se han realizado, aunque no lo tengo confirmado, si no es la primera sería de las primeras porque creo que non han llegado robots con esas posibilidades a la luna. En ese sentido soy muy cauteloso.

–¿Qué plazos manejan?

–Ahora mismo ha concluido la primera parte, con una duración de seis meses, donde participaban cinco equipos de la Agencia Espacial Europea, de los que han seleccionado a dos equipos, el nuestro y al germano. Ahora ellos proponen los robots para la exploración y nosotros el sistema para poderlos bajar. Continuaremos con una segunda fase para hacer la evaluación completa del proyecto.

–¿Cómo favoreció la implantación de la titulación de Ingeniería Aeroespacial a la participación de la UVigo en estos proyectos?

–Yo soy profesor de la Escuela de Ingeniería de Telecomunicación; participaron también profesores de la Escuela de la Ingeniería Industrial y de la Escuela de la Ingeniería de Software. Con la participación de los investigadores de Ingeniería Aeroespacial completamos las capacidades para abordar estos proyectos de marcado carácter multidisciplinar. Todos los expertos son tremendamente importantes de alguna forma, porque esas áreas de conocimiento permiten abordar proyectos multidisciplinares y con todos recursos internos nuestros. Suponer una potenciación y una ventaja competitiva muy importante el disponer de todos estos expertos.

  • La UVigo participa en una misión para explorar las cuevas de la luna

Asentamientos humanos

Se estima que existen unas 200 cuevas bajo la superficie de la Luna, una de ellas llega a tener una superficie similar a la de toda la ciudad de Vigo. El objetivo último de la ESA pasa por determinar las condiciones que se dan en el interior de cara a posibles asentamientos humanos o robóticos, ya que permitirían un entorno con un nivel de radiación mejor que el de la superficie y con temperaturas medias mucho más moderadas también que en superficie, donde los cambios son mucho más notables. Para ello se hace necesario la captación de datos como la temperatura, la morfología de las cuevas, la composición y material de sus paredes, etc.

Una grúa

Así, el proyecto vigués consiste en usar una grúa para bajar los robots o al tubo de lava. El rover de superficie, equipado con un panel solar, les suministraría energía por medio de la grúa empleando un “cabezal de carga” fijado a la base de la grúa. Al estar a la vista de los robots, el cabezal de carga los alimentaría y recibiría y transmitiría datos de forma inalámbrica para su posterior estudio.

Si bien la superficie de la Luna ya ha sido documentada por naves espaciales orbitales, esconde un mundo subterráneo que sigue siendo un misterio. Y es que esta se trata de una de las primeras investigaciones en este sentido, con rovers de estas características.

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