La jueza declarará el concurso de acreedores de los dueños de los terrenos de GEA

Se nombrará un administrador que subaste los terrenos de Cabral y Coruxo para que los extrabajadores cobren los 2 millones adeudados

Parte de los trabajadores demandantes junto a su abogado.   | // M. G. B.

Parte de los trabajadores demandantes junto a su abogado. | // M. G. B. / E. Villanueva

Tras dos décadas de litigios, ya están un auto más cerca de poner fin al capítulo GEA. El Juzgado de lo Mercantil 3 de Pontevedra, con sede en Vigo, estimó la demanda presentada por los 189 extrabajadores de la antigua empresa de cerámicas y acepta declarar el concurso de acreedores para la empresa Naerama S.L., dueña de los terrenos de Cabral y Coruxo donde se asentaba la fábrica y que estos empleados les cedieron en 2002 sin haber recibido pago alguno. Precisamente, estos casi 2 millones que les adeudan es lo que pretenden recuperar con esta calificación, ya que, una vez la jueza declare el concurso, un administrador se pondrá al frente de la firma y deberá subastar o vender sus bienes –las fincas antes señaladas– para pagar así a los extrabajadores.

Cambios de tesorería

El auto llega tras una vista celebrada el pasado mes de enero, donde los responsables de Naerama aseguraron no encontrarse en una situación de insolvencia. ¿Cómo? Por un lado tratando de justificar, que los terrenos valen mucho más de lo testado en un inicio. Por otro, con una supuesta ampliación de capital con el que justificarían el pasar de tener en 2017 un pasivo de -19.891 euros a un patrimonio neto de 1,2 millones en 2020.

La magistrada considera que no existe ninguna “justificación real de esta variación” ya que la demandada “no tuvo ningún rendimiento de las fincas”. Todo ello llevó a la jueza de la sala Mercantil a apreciar “serias dudas” en cuanto a la realidad de las cuentas de Naerama, calificándolas como que “no son claras” y “no cumplen los estándares de calidad exigible”. Considera, en resumen, que “no hay justificación” para pasar de un patrimonio neto negativo en 2017 a uno positivo en el año 2020 “cuando la sociedad no tuvo actividad alguna ni obtuvo ningún rendimiento de las fincas que adquirió a los demandantes, que constituyen su único patrimonio”.

Una deuda de 2002

Los 189 antiguos trabajadores, en algunos casos incluso herederos de los ya fallecidos, optaron por esta vía mercantil tras ganar dos pleitos por vía civil contra Naerama Group S.L., condenada junto a Construcciones José Castro S.A. al abono de ese dinero. Todo se remonta a 2002, cuando firmaron un contrato con Naerama por el que le cedían las fincas entonces propiedad del grupo empresarial de Coruxo y Cabral. El contrato se realizó vinculando el precio de la venta a la aprobación del PXOM de Vigo y al volumen de urbanización autorizado, ya que estaba pendiente de recalificación urbanística. Pero aprobado el plan en 2008, los extrabajadores no cobraron lo que les correspondía.

En el auto, la jueza de la sala de lo Mercantil desgrana que el impago de estas deudas “unido a otras circunstancias” reflejan un estado de insolvencia de Naerama que justifica “y hace necesario "su declaración de concurso “para una mejor protección de los intereses a los acreedores”.

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