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Gonzalo Gómez | Biólogo computacional del CNIO

“La medicina de precisión es inviable sin bioinformática”

El biólogo computacional Gonzalo Gómez. | // FDV

El doctor Gonzalo Gómez trabaja en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) como biólogo computacional. Una especialidad que se ha convertido en indispensable en la investigación en cáncer para procesar la ingente cantidad de datos que produce la secuenciación genómica y poder avanzar en la medicina de precisión y que empieza a “colonizar” los hospitales. Cuenta que la idea es “ser uno más al servicio de los pacientes”. Este bioinformático es hoy uno de los ponentes de la jornada inaugural del III Simposio Nacional de Oncología de Precisión, que solía tener su sede en Vigo, pero que el COVID obliga a celebrar online.

–¿Qué es la biología computacional?

Es la aplicación de métodos computacionales para responder preguntas biológicas o biomédicas, del ámbito de las enfermedades. Igual que se utilizan los ordenadores para resolver problemas matemáticos o de economía…

–¿Está muy instaurada?

–La biología computacional o bioinformática es una rama que empieza en paralelo con el desarrollo de los ordenadores personales, en torno a los años 70. Desde que se completa la primera secuencia completa del genoma humano, en 2000, es cuando se empieza a aplicar de forma masiva. En los últimos diez años, aparece una nueva generación de secuenciadores más baratos que permiten secuenciar ADN de una forma muy eficiente y con mucho rendimiento. Se producen cada vez más datos y la demanda de análisis computacional en el área clínica vive una explosión en los últimos 5 o 10 años. Es una revolución en la biología molecular y la biomedicina y nos ha permitido empezar a trabajar en la medicina de precisión que, en ningún caso es viable si no hay bioinformática detrás.

–¿Y qué puede aportar la bioinformática en la investigación en cáncer?

–Tiene un papel clave. En los últimos 10 años ha habido un desarrollo de consorcios internacionales de análisis de los genomas del cáncer en los que intervienen una decena de países que han secuenciado el genoma de los diferentes tipos o de gran parte. Todo eso, a partir de métodos computacionales. Ese el área en la que más se ha desarrollado el estudio genómico computacional, porque ha habido una inversión muy grande. Para ver todas las alteraciones que hay detrás se necesita un análisis automatizado y algoritmos complejos que interpreten la información. Desde un punto de vista humano, son inabarcables.

–¿Son ya un profesional más en los hospitales?

–Estamos en ello. Estaba hablando desde el punto de vista de la investigación, pero en la oncología médica, para el tratamiento o el diagnóstico del cáncer, estamos en ello. En los últimos años ha entrado en un nuevo paradigma, la medicina de precisión para dar a los pacientes con cáncer el tratamiento que necesitan, cuando lo necesitan y basándose en el perfil del genoma de su cáncer específico. Porque todos los cáncer son diferentes. Incluso tumores dentro de un mismo paciente pueden tener diferencias. Toda esta heterogeneidad hace que el tratamiento sea complejo y, en muchos casos, no se alcance el éxito. Se usan métodos computacionales para diseccionar genéticamente el tumor de cada persona y buscar sus vulnerabilidades, Esto no se pude hacer sin biología computacional.

–Por ahora son pocos los hospitales españoles los que pueden analizar el genoma de cada tumor de cada paciente, ¿no?

–Sí. Son poquitos, pero ya se han dado los primeros pasos y cada vez hay más demanda o necesidad En 2018, el Instituto de Salud Carlos III convocó los primeros contratos para incorporar informáticos. Somos un poco como los primeros colonizadores o pioneros de un nuevo continente en el que ni los bioinformáticos conocen bien a los nativos ni los nativos hablan todavía bien el idioma de los bioinformáticos. Se espera que, en un futuro, sea habitual. En unas décadas, quizás. Los hay, sobre todo, en Madrid y Barcelona, pero también sé que en Vigo colaboran con bioinformáticos en temas de inteligencia artificial aplicada al diagnóstico por imagen, por ejemplo, en pólipos, en tumores de colon.

–¿En qué líneas de investigación lo está aplicando ahora?

–En el CNIO desarrollamos métodos y herramientas para interpretar los datos de los genomas de los tumores para facilitar que los médicos, los clínicos puedan tomar decisiones. Traducimos los datos de los genomas de los cánceres a posibles tratamientos. Es decir, predecir fármacos que puedan ser útiles para el perfil concreto de un determinado tumor. No solo se trata de dar tratamientos efectivos, sino de evitar que los pacientes reciban otros agresivos que no van a tener ningún tipo de efecto. En principio, en todos los tipos de cáncer porque gracias a estos consorcios internacionales tenemos las alteraciones de muchísimos. Desarrollamos métodos de medicina de precisión.

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