O Marisquiño corta sus raíces con Vigo. La retirada del 70% de la financiación que el Concello otorgaba al festival, la imposibilidad de celebrarse en la explanada portuaria de As Avenidas –ni bajo la posibilidad de parar las obras de remodelación el mes de agosto– y la incomunicación o “ausencia” de reuniones por parte de la Xunta de Galicia son las “razones” que han llevado a la dirección del evento deportivo a cancelar la edición de 2021, prevista para los días 6,7 y 8 de agosto, y a confirmar que “no volverá a celebrarse en Vigo en el futuro dadas las dificultades encontradas en los últimos años”.

Trabas administrativas

Y es que desde 2018, el festival alega que se han topado con problemas constantes que les impidieron trabajar como hasta entonces. Al derrumbe del muelle en Montero Ríos –cuyas pérdidas cifraron desde O Marisquiño en más de 100.000 euros– se le sumaron los obstáculos a la hora de sentarse con las diferentes administraciones para trazar un plan de financiación.

El interés que el festival despertó en otras urbes como Madrid o Málaga llevó a su organización a urgir una apuesta local que favoreciese su continuidad en Vigo. Esto motivó que hace cuatro años se firmase un convenio de colaboración entre Concello, Diputación de Pontevedra y O Marisquiño para retener el evento en la ciudad. Pero primero la pandemia y ahora el recorte presupuestario justificado en la limitación de las pruebas y otras actividades –incluida la posibilidad de celebrarse sin público– impiden la continuación del evento “con unas mínimas condiciones de calidad admisibles por la organización”.

Más de 160.000 asistentes

Hay que recordar que si bien se trata de un evento de carácter privado, la entrada es libre y gratuita para los miles de asistentes llegados de múltiples puntos no solo del área, sino de la toda la comunidad y también público nacional, con el consiguiente retorno económico.

Precisamente fue su última –y todo apunta que última– edición, la celebrada en 2019, la que encumbró al festival, cosechando sus mejores cifras hasta la fecha. La organización cifró en más de 160.000 los asistentes al evento durante todo el fin de semana, generando un beneficio superior a los 20 millones de euros.

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    Algunos de los establecimientos manejaban tarifas hasta un 50% más caras para las fechas

Vigo, capital de la cultura urbana

Esta repercusión no solo se mide en números, ya que el crecimiento exponencial del festival, desde su creación allá por el año 2001, logró situar a la ciudad olívica como capital del deporte y cultura urbana, convirtiéndose en referente para los mejores riders de la BMX, los bikers más afamados del Skate o los ases del Football Freestyle, todos llegados de varios continentes. “O Marisquiño es un festival gratuito, que dejaba un importante retorno económico a la ciudad y que transmitía la imagen de Vigo a todo el mundo a través de la experiencia de sus visitantes y de las retransmisiones on line seguidas en más de 50 países. Creemos que todo esto, suponía una activo importante para la ciudad y para Galicia en pleno año Xacobeo, que ahora, por desgracia, se pierde”, lamenta la dirección.

Más de 1.000 participantes

Muchos o la práctica totalidad de los hoteles de la ciudad tenían reservados con meses de antelación sus habitaciones para las fechas del evento. Las propias asociaciones de hoteles y establecimientos de restauración admitían que tenían el mayor lleno del año durante el festival. Ahora, los cerca de 1.300 atletas que se daban cita año tras año en Vigo, más sus familias y acompañantes, tendrán que recalar en un nuevo destino. La dirección de O Marisquiño se replantea su futuro fuera no solo de la urbe viguesa, sino de Galicia debido a las trabas para poder cerrar con anticipación y en plazo sus actividades.

Las últimas semanas han sido claves en este desenlace, un triste final para un evento mil por cien vigués. Tras anular por razones sanitarias la edición de 2020, las federaciones internacionales que participan en el festival no podían permitirse dos años sin celebrar sus Copas del Mundo –Skate, Dirt Jump y Basket 3x3–, por lo que O Marisquiño debía celebrar sí o sí esta edición. La organización ya tenía fijada una fecha así como diversos escenarios para que las pruebas pudiesen llevarse a cabo con o sin público. Pero todo se precipitó.

Retirada del apoyo

Hace no más de diez días, el Concello, “principal apoyo institucional” del festival recortó en un 70% la partida que dedicaba al evento. “Este enorme recorte de la financiación institucional, sumado a las incógnitas sobre el apoyo de la Xunta al evento y a las dificultades técnicas por las obras en curso por parte de la Autoridad Portuaria que impiden la celebración del Dirt Jump, ha llevado a la organización a tomar la difícil decisión de no celebrar el festival por segundo año”, aclaran en un comunicado.

Dos años de pérdidas

La organización mostró, por un lado, su “comprensión” ante la situación de crisis sanitaria y económica que vive la ciudad pero también es consciente de que la empresa promotora del evento desde sus comienzos, con Carlos Domínguez “Piti” al frente (el fundador y alma máter de O Marisquiño) “no puede permitirse afrontar un segundo año de pérdidas ni tampoco continuar con la incertidumbre de saber cuándo será posible organizar de nuevo en Vigo un evento con las necesidades que implica O Marisquiño”.

Además, señalan que los patrocinios privados también han sufrido una considerable caída, por lo que el apoyo institucional era “más necesario que nunca” en este año.

Un verano sin Marisquiño

Así, a partir de ahora, el verano vigués tendrá que empezar a acostumbrarse a no contar con su evento estrella. Concebido en 2001 como un campeonato local organizado por patinadores locales en el skatepark del Castro, se fue transformando poco a poco en lo que es hoy, adaptándose a los nuevos tiempos, nuevas disciplinas y nuevos públicos, pero siempre conservando la autenticidad de los primeros años. Tras cuatro años en Samil, recaló en las inmediaciones del Puerto, pasando de 200 a 160.000 visitantes a lo largo de sus XIX ediciones y convirtiendo estas vistas al mar en uno de sus principales reclamos.

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Vigo demuestra su hambre de O Marisquiño R. V.

Reclamo turístico

O Marisquiño se ha ganado a pulso, y con mucho esfuerzo, convertirse en la principal atracción para el turismo en la ciudad. Y es que a pesar de su crecimiento, su fama internacional y su reputación, siempre se ha considerado un gran abanderado de Vigo. Quizás su mejor propaganda.

Jóvenes, grupos de amigos llegados de múltiples puntos de la comarca o provincia, familias y así hasta 160.000 personas llenaban las gradas e instalaciones deportivas que durante una semana entera se desplegaban en las inmediaciones de Montero Ríos, Estación Marítima y Praza da Estrela. No hacía falta ser un especialista en deportes urbanos para participar del festival, ya que la música y gastronomía también formaban parte intrínseca de O Marisquiño.

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Lograron superar y sobreponerse al estigma del accidente de 2018, el derrumbe de la estructura de hormigón que sostenía el paseo de madera de As Avenidas –con 487 heridos, en su gran mayoría leves–, con la que fue su mejor edición tan solo un año después: tanto las gradas como los recintos deportivos y las zonas de ocio permanecían abarrotadas desde primera hora del festival, incluso transitar de un lado al otro de As Avenidas se volvía, por aquel entonces, tarea complicada. El fin de fiesta lo ponía, como ya es tradición, el descenso de las Mountain Bike por el Casco Vello. Lograron cauterizar esta herida con una exitosa edición que, sin saberlo, se ha convertido en el verdadero final de O Marisquiño en Vigo.