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Tiendas y museos, la avanzadilla de una tímida desescalada en Vigo

Los comercios, abiertos ayer pasadas las 18.00 horas en la céntrica calle Príncipe. / Marta G. Brea

Unas medidas de alivio que, por ahora, no cambiarán demasiado el escenario de restricciones al que obliga el coronavirus. La entrada en vigor del nuevo decreto de la Consellería de Sanidade supuso la modificación de algunas de las medidas en vigor a causa de la pandemia. En Vigo una de las más celebradas es la que desde ayer permite al comercio recuperar su horario habitual, eso sí, con el aforo máximo al 50%. “Cerrar a las seis era como prácticamente ya no abrir por las tardes; poder volver a las horas de antes es una buena noticia”, valoran en el sector. La cultura también se reactiva, pero no todos los ámbitos cogerán el guante. Los cines consultados, por ejemplo, no reabrirán por el momento. “Hacerlo sería condenarnos: por los aforos y porque no hay estrenos a la vista que nos permitan enriquecer la cartelera”, explican. Sí retomaron su actividad presencial o lo harán en los próximos días los museos, auditorios, bibliotecas y escuelas municipales de la ciudad.

En las últimas semanas los comercios se vieron obligados a echar el cierre a las seis de la tarde. Desde ayer recuperaron su horario, pudiendo extenderlo hasta las 20.00, 20.30 o 21.00 como era habitual. La medida “es un alivio”, resume Roberto Giráldez, presidente de la Federación Vigo Comercio, en la que están integradas las asociaciones de Calvario, Teis, Bouzas, Centro, Náutico y Torrecedeira (que engloba también Pi y Margall y Camelias). “Cerrar a las seis era casi como si lo hacías a las dos o las tres de la tarde; después ya casi no tenías margen”, afirma. “Las madres y padres que iban a buscar a sus niños al colegio a las cinco y media de la tarde, por poner un ejemplo, ya no tenían casi tiempo si necesitaban hacer alguna compra o recado”, añade.

José Antonio González visita a su madre, Luisa Ferreira, en la residencia DomusVi Salesas. / Marta G. Brea

"La hostelería es un motor"

En todo caso, el que bares y restaurantes sigan con la verja bajada y el que persistan los cierres perimetrales entre municipios sigue haciendo daño al comercio. “La hostelería es un motor que tira mucho y el que no vengan personas de otras localidades también nos perjudica... En Teis, por citar un caso claro, compran muchos vecinos de Chapela y de otros puntos de Redondela que ahora no pueden hacerlo”, apunta Giráldez.

En las residencias de mayores, aunque de forma muy tímida, también se ha iniciado el proceso de desescalada. De momento, aunque en su gran mayoría ya están vacunados con las dos dosis, no pueden salir todavía a la calle, pero lo que sí se han flexibilizado son las visitas. Así, los ancianos que estén en geriátricos que lleven más de diez días con la segunda inyección administrada pueden recibir ya tres visitas a la semana por dos personas de referencia, en lugar de una a la semana y por solo una persona de referencia.

De ello están disfrutando ya desde ayer, entre otras, en la resiencia DomusVi Salesas, ubicada en Teis. Finalizaron el proceso de vacunación a finales de enero y la apertura de las visitas permitió, por ejemplo, que Luisa Ferreira Estévez, de 85 años, natural de una aldea ourensana pero que lleva toda la vida viviendo en Vigo y, concretamente un año en este centro para mayores, viese en persona a su hijo José Antonio González. No pudieron, eso sí, mantener contacto físico y él tuvo que estar con la mascarilla puesta durante toda la estancia y dos mesas la separaban de su madre. Ella ya no tenía que llevar mascarilla al estar inmunizada tras las vacunas. Las visitas en las residencias, no obstante, tienen que ser siempre de forma individual, al menos durante esta fase de la desescalada.

El MARCO se reactivó ayer y el lunes lo harán las escuelas de danza, música y teatro

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De los cines a "VigoCultura"

Otra de las aperturas graduales permitidas tiene que ver con la cultura. El alcalde vigués, Abel Caballero, informó de la reactivación de las instalaciones culturales municipales, cuyas actividades presenciales no podrán superar el 30% de aforo. Ya lo hizo ayer mismo el Museo de Arte Contemporánea de Vigo (MARCO): como marca la normativa, las visitas guiadas se harán con un máximo de cuatro personas –guía aparte–. También ayer abrió sus puertas la biblioteca Neira Vilas, mientras que la del Mar de Vigo lo hará hoy. Mañana viernes, a las 20.00 horas, regresa “VigoCultura” con la representación de la obra “Soga e Cinsa”, de Aporía Escénica, que aborda la caza de brujas en Europa desde los siglos XV al XVII. Y las escuelas municipales –las de música, danza, teatro, música folk y tradicional y artes y oficios– arrancarán el lunes. Hay eso sí una excepción, como avisó el alcalde. En la de música no se retomarán aún los cursos de instrumentos de viento ni de canto por “prohibición expresa” de la consellería.

También ayer podían volver a ponerse en funcionamiento los cines con un máximo del 30% de aforo y con la obligación de llevar un registro de asistentes con información de contacto de cada uno de ellos. Pero las salas consultadas en Vigo no contemplan por ahora la reapertura. Arturo Rodríguez, gerente de los Galicine ubicados en la Plaza Elíptica, considera que una apertura en estos momentos sería “precipitada”. No solo les hacen daño los aforos, sino el que apenas haya películas de estreno a la vista para poner en cartelera. “La crisis sanitaria también afectó a las distribuidoras”, lamenta. Los Yelmo del Centro Comercial Travesía tampoco tienen una “fecha cerrada” en torno a su reactivación. “Se está trabajando para ver cómo será la reapertura”, indican las fuentes consultadas. Y los Multicines Norte, que van a cumplir un año clausurados ya que no volvieron a funcionar desde marzo de 2020, tampoco se plantean por ahora regresar a la actividad.

El taxista Sofiane Mahi, ayer en Castrelos. / C. P.

El alivio no reactiva (todavía) a los taxistas

En esta primera fase de desescalada planteada por la Xunta de Galicia ya se permite a los taxis ocupar todos los asientos del vehículo y también la plaza del copiloto y llevar a trabajadores, escolares y pacientes no convivientes.Sin embargo, es muy pronto todavía para que los taxistas vean aflojar la soga que tienen en el cuello desde hace tiempo por la falta de clientes. En la ciudad siguen trabajando un día sí y un día no y, cuando lo hacen, hay muchos que están en el volante hasta quince horas seguidas para conseguir ingresos suficientes. Es el caso de Sofiane Mahi, un taxista argelino que trabaja en Vigo. “Aunque esté en el taxi desde la mañana hasta la noche, a veces no da ni siquiera para cubrir gastos. El hecho de no poder hacer viajes entre municipios nos afecta mucho”, explica.

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