La primera gran operación policial contra jóvenes pandilleros en la provincia de Pontevedra fue la de los Chukis, un grupo de chavales que por su vestimenta, tatuajes y forma de comportarse se consideraba que actuaban al modo de las violentas bandas latinas. Pero, con el paso del tiempo, la causa judicial abierta contra ellos se fue desinflando. Primero, al concluir la magistrada instructora que no se les podía considerar grupo criminal. Y segundo debido a que de la casi treintena de investigados que llegó a haber en el megaprocedimiento solo cuatro han llegado a juicio. Esa vista oral se celebró ayer en el Juzgado de lo Penal 3 de Vigo y lo que se juzgó concretamente fue la presunta agresión multitudinaria con una barra de hierro de por medio a dos jóvenes en A Ramallosa (Nigrán), cerca de una discoteca, hechos ocurridos ya hace más de cinco años. Los encausados se declararon inocentes: negaron pertenecer a una banda y tener relación estrecha entre sí y, sobre los hechos que se les atribuyen, aseguraron que no participaron en la paliza a las víctimas.

Los numerosos altercados protagonizados por estos jóvenes que eran conocidos como los Chukis ya derivaron anteriormente en otros juicios por más agresiones ocurridas en distintos puntos del Val Miñor o en zonas de Vigo como Churruca. La importancia de la vista oral de ayer radica en que es la que deriva de la causa principal que se siguió en el Juzgado de Instrucción número 5 y la que pone por tanto fin a un procedimiento que nació a raíz del primer operativo contra el pandillismo desarrollado por la Guardia Civil en la ciudad olívica y su área.

Los cuatro jóvenes, dos de los cuales están en la actualidad en prisión en las cárceles de A Lama (Pontevedra) y Monterroso (Lugo) respectivamente, están acusados de delitos de lesiones. El principal encausado, J.P.C., afronta un año de cárcel, mientras que para los otros tres la Fiscalía pide una pena de 540 euros de multa.

Cerca de una discoteca de A Ramallosa

Los hechos ocurrieron la madrugada del 27 de septiembre de 2015 cerca de una discoteca de A Ramallosa donde ya se habían producido problemas similares otras veces. Una de las víctimas de la agresión iba con su novia y dos amigos cuando fue atacado. Sintió una “patada en la cabeza” y después se le vino “una avalancha” encima. Una avalancha de entre 20 o 30 personas, detalló en su declaración. Uno de los agresores, ahondó, llevaba consigo una barra de hierro con la que llegó a romper la ventanilla de un coche.

El otro golpeado de esa noche había salido de la discoteca para ver qué ocurría. Cuenta que fue víctima de una especie de emboscada en la que recibió un puñetazo en la espalda y una patada en la cara. Entre otras lesiones, sufrió la fractura de un diente cuya curación se complicó a raíz de una grave enfermedad que padeció y que es ajena a estos hechos.

Uno de los elementos que deberá valorar la magistrada es un vídeo de esa madrugada en el que presuntamente se ve a uno de los acusado con una barra de hierro. Los encausados niegan su participación en la paliza a los dos jóvenes y al que se apunta como quien llevaba ese arma también rechaza ser la persona que sale en dichas imágenes. Uno de los presuntos agresores alegó que aquella noche estaba en Vigo, otro declaró que estaba en A Ramallosa pero que no estuvo en la pelea, un tercero afirmó que solo fue a “separar” y el último aseguró que no se acordaba de lo ocurrido. El juicio quedó visto para sentencia.