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Mira Vigo

Cientos de firmas

Fernando Franco

Cientos de firmas

Son varios cientos las firmas de vecinos del barrio que se oponen a que desaparezca un negocio, el de Alimentación Rivera, no solo porque elimina puestos de trabajo, una economía familiar, cuando más se necesitan sino porque apenas hay en ese barrio otros de su género, además de que se acabaría con los últimos restos de ese comercio minorista del tú a tú, cálido y familiar. Se supone que una Corporación socialista renovadora pero conciliadora, lo arreglará. (Foto Javi Teniente).

Los Rivera, a la defensiva

Falta hacía una decisión municipal que pusiera fin a la mala imagen que ofrecían esas céntricas fachadas de los inmuebles situados frente a la Iglesia Colegiata; pero no hacía falta alguna que en el proceso de expropiación se acabe con algo tan crucial hoy en día como el sustento de una familia propietaria que cumple allí cuatro generaciones y solo tiene esa forma de vida: los de Alimentación Rivera, en el número 10. También afecta a otro comercio en activo, el 11. Miradlos en la foto: José Rivera, Cousiño con más de 90 años ahora, la abrió hace unos 60; José Mario Rivera Novoa, su hijo, continuó el negocio; Óscar Rivera Abal, la tercera generación, ha encontrado ahí una forma de sustento ante la falta de trabajo; y Borja Freiría Rivera, el bebé, hoy de 8 años, es la cuarta. ¿Está convocado un concurso de ideas para definir el diseño del futuro espacio? Pues respétese en el nuevo diseño del mismo inmueble esos doce metros cuadrados que ocupa la actual tienda con los cambios que quieran, porque ya ha alimentado a tres generaciones y quedan al pairo si esto ocurre. Una administración socialista no puede permitirse el lujo de sacrificar la ética por la estética y bien se pueden conciliar en el rediseño. ¿Tan difícil es?

Carlos Pousa y Los Vampiros

Aprovechando un descuido de la lluvia, cumplía el ex bancario y pintor Miro Carballo su caminata de 12 kms diarios (dice, seguro que miente) y quiso el azar que aún por el centro urbano encontrara a un distinguido vigués, aunque nacido en Madrid, con mucha historia en nuestra vida local. El hombre de quién os hablo es Carlos Pousa, una persona entrañable con la que Miro compartió años de juventud, los dos ahora jubilados. Su madre regentaba una tienda emblemática de Vigo, Calzados Gatichaves. A ver, los de las canas ¿os acordáis de aquella movida musical viguesa de los 60? Fernando Ferreira lo deja todo claro, con nombres y apellidos, en su libro “Crónicas de un Vigo ye-ye”, que ahora se reedita. Los Diávolos, Los Cirios, Clan, Los Golpes, Los Vampiros , Los Zuecos... Pues Carlos Pousa fue uno de los primeros roqueros de Vigo. Mucho antes de la movida, aquellos cimientos musicales contemporáneos. Militó como batería primero en los Breogán, el grupo de Alfonso Román, luego en Los Vampiros con José Luis Pozo, Javier Caldera y Carlos Soneira, el primer grupo electrificado del Vigo ye-ye “y de ahí toda una historia musical que siguió en los SN, y otros más... Hace poco se acaba de jubilar de la liga nacional de Billar, en la cual ha sido campeón de España, tres veces. Se acaba de retirar como el decano en tal campeonato ¡Salud, Carlos Pousa, bon vivant otrora!

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