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El Vigo de las 28.000 casas

Casas unifamiliares al borde del casco urbano. | // M.G. BREA

Barcelona cuenta con cerca de 700.000 viviendas y apenas 23.500 son unifamiliares (menos del 4% del total); en Valencia, con un parque residencial de 410.000 unidades, no llega al 2% el número de casas aisladas. Es un fenómeno prácticamente generalizado en toda España, salvo en el reducto galaico. El noroeste peninsular concentra el mayor porcentaje, de largo, de viviendas unifamiliares, una “rareza” muy relacionada con la vinculación del gallego con la tierra y con la gran extensión de suelo rural aún existente, incluso en las ciudades. Y a la cabeza de esta “mezcla” entre lo urbano y lo rural, está Vigo. Si Barcelona suma 23.470 viviendas unifamiliares y Valencia se queda en 7.820, la urbe olívica tiene un censo de 28.000 residencias de este tipo, que incluye desde chalés hasta casas de carácter más rural, casas “de toda la vida” y modernos pareados o adosados. Ese número, que cuadruplica al parque valenciano, supone que uno de cada cinco hogares vigueses es unifamiliar (alrededor del 21% del total), por lo que al menos 50.000 vecinos utilizan este modelo. El número total de inmuebles residenciales es de 135.900, por lo que 107.700 son colectivos, es decir, bloques de varias plantas.

Los datos forman parte del balance catastral de 2020 recién elaborado por el Ministerio de Hacienda, y ratifican estudios anteriores redactados por otros órganos estatales. En concreto, el actual Ministerio de Transportes ya apuntaba este fenómeno hace varios años en su informe “Capitales&Ciudades+100”, que analizaba los usos del suelo y otros parámetros urbanísticos de 79 ciudades españolas, entre ellas Vigo y Pontevedra.

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Uso del territorio

Según este documento, de las 10.906 hectáreas que ocupa todo el término municipal, el 22% (unas 2.400) está ocupado directamente por edificaciones, más de 1.470 de ellas con viviendas unifamiliares aisladas o adosadas. Solo la ciudad de Pontevedra alcanza unos porcentajes de tal calibre, aunque a mucha menor escala. Sus 10.230 casas aisladas suponen el 25% de todo el parque inmobiliario.

Santiago, de Compostela se equipara a Vigo en porcentaje (también ronda el 21%) pero su número de casas es bastante menor, con apenas 11.200 viviendas unifamiliares. Lugo, roza el 20%, Ferrol no llega al 17% mientras que en Ourense apenas supera el 14%. El caso de A Coruña es el más atípico, dentro del fenómeno específico de Galicia, ya que es la ciudad con menor número de hogares de este tipo, tanto en números absolutos (4.600) como en relativos, puesto que esa cifra supone poco menos del 4% de sus 119.000 viviendas totales, según los datos de la Dirección General del Catastro. El escaso territorio no urbano de este municipio explica esta situación.

Suelo artificial

Una de las conclusiones más llamativas del informe del entonces Ministerio de Fomento es el elevado porcentaje de suelo donde se levantan viviendas aisladas en el municipio de Vigo. El 60% del denominado “suelo artificial” estaba ocupado por este tipo de residencias, lo que pone de manifiesto que pese a la atracción que significa el centro urbano (y la “resurrección” de la actividad inmobiliaria en este ámbito) aún hay una significativa dispersión de la edificación en el territorio municipal. El documento define como “suelo artificial” no solo “la ciudad construida, sino también las infraestructuras de transporte, las zonas en proceso de construcción, los vertederos e incluso las zonas verdes urbanas”.

El propio estudio ministerial detalla que “la edificación de baja densidad con viviendas unifamiliares aisladas domina en el norte peninsular debido al tradicional hábitat disperso”. Un dato que confirma esta visión lo ofrece también el Catastro, al analizar la superficie total de cada municipio con una tasación de naturaleza urbana frente a la rústica. El municipio de la provincia con mayor porcentaje del primer caso sobre el segundo es el de Sanxenxo, donde se ha edificado en buena parte del territorio y ya ronda el 40% del total. Por detrás aparece Vigo, con el 38% del municipio afectado por el IBI de naturaleza urbana. Salvaterra (35%) figura a continuación. La ciudad de Pontevedra solo cuenta con el 10% de su territorio en esa categoría. En el otro lado de la moneda se sitúan, por ejemplo, Oia o Salceda, con menos del 1% del suelo asignado a la naturaleza urbana.

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