Espaldarazado jurídico a los planes del Concello de extender las rampas mecánicas a lo largo de Gran Vía. Menos de una semana después de que el alcalde presentase el proyecto del segundo tramo de cintas, que se extenderá entre las confluencias con las calles Nicaragua y Venezuela, el Tribunal Superior de Xustiza (TSXG) emite una sentencia en la que tumba los reparos presentados en 2018 por la Xunta. Los magistrados concluyen que el rechazo de Patrimonio, que hace tres años denegó el permiso para instalar las cintas a lo largo de la avenida –entre Lepanto y Nicaragua– alegando el impacto negativo que tendrían sobre los edificios protegidos, no está lo suficientemente acreditado. Tras aquel pronunciamiento el Concello ejecutó un primer tramo en el arranque de la avenida –de Urzáiz a Venezuela– que se estrenó en diciembre con una inversión de 5,5 millones.

El auto, de 27 páginas, con un voto particular en contra, firmado el jueves 4 de febrero y que aún puede recurrirse, anula una resolución emitida en 2018 por la Xunta en la que denegaba permiso al Concello para construir la rampa a lo largo de la avenida. El organismo autonómico argumentó entonces que en Gran Vía se repartían ocho edificios catalogados –protegidos, por lo tanto– y recordaba que los bloques gozaban de una “protección subsidiaria” que afecta a su entorno más cercano.

Según el criterio esgrimido entonces desde la Xunta, el bulevar de Gran Vía “constituye el elemento definitorio básico del contorno inmediato de los edificios catalogados”. Y alertaban sobre los planes del Concello: “Las intervenciones propuestas no respetan el carácter de la calle ni conservan los valores ambientales del conjunto”. Por esa razón, al valorar que el diseño de las rampas no “harmonizaban” con el entorno, la Xunta decidió denegar el permiso para su reforma.

Aquella resolución fue recurrida por el Concello y ahora el TSXG ha decidido anularla. Tras valorar lo que los propios magistrados tildan de “cuestión espinosa” –determinar si el visto bueno de Patrimonio era o no necesario para el proyecto–, el TSXG concluye que las obras no necesitaban la autorización del organismo autonómico. La sentencia resalta varias cuestiones. La principal: que la Xunta no acreditó cómo afectarían las obras a los edificios protegidos.

Según su criterio, el rechazo a los trabajos requería una justificación “concreta” de qué se perseguía con la protección de los inmuebles. El dictamen de 2018, sin embargo, se planteó “desde el examen del proyecto”. Otra de las cuestiones clave para el Superior es que corresponde “a los entes locales incluir los bienes de su patrimonio cultural y delimitar su entorno de protección, sin perjuicio de que la Xunta pueda elaborar directrices y recomendaciones”. En el caso de las rampas –razonan los jueces– “no se discute que el proyecto afecta a un espacio público que está situado a menos de 20 metros de varios edificios catalogados”, sino su protección subsidiaria. Tras conocer el fallo, la Xunta señaló que está “analizando” su contenido. “De su complejidad da cuenta que existe un voto participar por parte de uno de los tres magistrados”, señala. El Concello declinó valorarlo.

En su razonamiento, el tribunal desgrana varias cuestiones. Recuerda que la Gran Vía no está catalogada y que, si bien en la avenida hay construcciones que sí lo están, el denominado “entorno de protección” solo es obligatorio en el caso de los monumentos, las zonas arqueológicas y las vías culturales. “El examen debió hacerse en función de los edificios”, recalca.

La sentencia no concuerda con todos los argumentos del Concello. Por ejemplo, considera “artificioso” el argumento que señala un supuesto caso de desviación de poder. En un tono similar, tacha de “desajustado” el razonamiento municipal que denuncia la tramitación seguida en Cultura le colocó en una situación de “indefensión”.

El segundo tramo, ya con proyecto, sumará 4,5 millones

La sentencia del TSXG llega apenas una semana después de que el Concello presentase su proyecto para el segundo tramo de las rampas mecánicas de Gran Vía, que dará continuidad al que se inaguró en diciembre entre las calles Urzáiz y Venezuela. Según los datos desgranados por el alcalde, el proyecto tiene un presupuesto de 4,5 millones que se añadirán a los 5,5 del recorrido ya activado. Los planes del Consistorio pasan por instalar dos rampas que superarán los 150 metros lineales y ayudarán a salvar una pendiente de casi un 11%. Al igual que el tramo estrenado en Navidades, dispondrá de zona ajardinada (652 metros cuadrados), con 900 arbustos y plantas. Incluirá además una escultura vegetal que emulará un pez.

Párrafos clave de la sentencia

La argumentación para denegar el permiso

“Resulta llamativo que se ensalce las características de la Gran Vía como arteria principal de la ciudad, que no goza de protección, en lugar de hacerlo con los edificios catalogados, señalando el nivel de protección de los mismos y, lo que resultaría más determinante, su afectación”.

Centrarse en el bulevar en vez de en los edificios

“Hemos de concluir que son los catálogos de los instrumentos de planeamiento los que han de determinar los entornos de protección de los bienes y hacerlo solo ‘en su caso’; es decir, cuando resulte necesario o se crea conveniente”.

Los catálogos y los entornos de protección“Resultaba imprescindible que la denegación viniera determinada por los criterios marcados desde los bienes catalogados en lugar de cómo se hizo, desde el examen del proyecto de actuación cuya autorización se deniega, prescindiendo de su concreta afectación a los inmuebles catalogados”.