A lo largo del último siglo Concha Núñez Alonso ha vivido dos grandes guerras, una de talla mundial y otra algo más cercana y fraticida; también ha conocido en primera persona tiempos de república, dictadura y democracia, la llegada del hombre a la luna y la revolución de Internet. Ha sido ahora, sin embargo, en la centuria, cuando le ha tocado vivir su cumpleaños más peculiar. Ayer se reunió vía Zoom Vídeo con su extensa familia para soplar “virtualmente” las 100 velas con la que se suma al selecto club de vigueses centenarios.

Antes, a lo largo del día, recibió un goteo constante de visitas en su casa –mascarillas y gel hidroalcohólico mediante– para celebrar su cumpleaños. También de flores, una gran cantidad de ramos que han ido tomando su salón de Torrecedeira. “Me han enviado muchos, la verdad. Este está siendo un cumpleaños especial, diferente”, comentaba por la mañana acompañada por dos de sus cuatro hijos, Charo, Pepe, Conchita y Montse. A lo largo de sus cien años Concha y su marido –del que enviudó hace tiempo– sembraron una semilla que ha germinado en una familia que suma hoy nueve nietos y quince bisnietos. Entre sus parientes se cuenta su yerno Manuel Bragado, editor, escritor y colaborador de FARO.

La reunión virtual celebrada ayer vía Zoom para celebrar los 100 años de Concha.

Aunque el goteo de visitas, los timbrazos en la puerta que anunciaban la llegada de flores y la teleconferencia con su amplia familia hicieron de ayer un día especial, Concha cumplió con uno de los hábitos que mantiene invariable desde que era una niña de diez años: leer el Faro del día. Cada mañana sale a la terraza y se toma una o dos horas para repasar con calma las noticias de Vigo, la ciudad a la que llegó hace décadas desde su villa natal. “El otro día vi también un reportaje con dos personas de cien años”, recuerda. Sus repasos a la actualidad se completan con un barrido por las esquelas y el horóscopo, aunque –lamenta Concha– la vista le complica en ocasiones leer las letras más pequeñas. Ni eso la frena. Para seguir saciando su apetito de lectora ya se ha pasado, por ejemplo, a los libros en Kindle.